jueves, 18 de julio de 2013

La ortografía (o su ausencia) en libros de texto de primaria


De acuerdo con la nota publicada en La Jornada en Línea con el encabezado "Admite Chuayffet errores “imperdonables” en libros de texto de primaria", el secretario de Educación Pública explicó que a pesar de que los libros de primaria, así en general, presentan al menos 117 faltas ortográficas, los alumnos de primaria tendrán que usarlos durante el próximo ciclo escolar debido a que la impresión de los libros se inició durante los últimos meses  del gobierno anterior por lo que el actual se vio imposibilitado de detener la publicación y corregir los errores.

El mensaje que envía la máxima autoridad educativa del país es que más vale distribuir a tiempo que hacerlo bien. Por otro lado, el desprecio por la ortografía es evidente en este caso, porque aunque se reconozca que el error es "imperdonable" en la práctica no lo es tanto debido a que autores, editores, correctores, dictaminadores y todos los responsables de la elaboración de los libros verán circular su obra sin importar que los estudiantes registren como válida toda la información. Total, a ver quién es capaz de detectar esas "al menos 117 faltas de ortografía", que aparecerán repetidas por millones en los más de 255 millones de ejemplares.

Sobre contenidos no se dijo nada en esta ocasión. Habrá que esperar qué descubren los investigadores y especialistas en las materias que se imparten en el nivel básico.

En la misma nota de La Jornada en Línea, el secretario señaló que "la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), encargada de la impresión de los ejemplares, nada tuvo que ver en los errores, sino la falta se dio en la redacción de los libros, los cuales no estuvieron sujetos a revisión". Ciertamente, la Conaliteg imprime lo que fue aprobado por los comités dictaminadores que revisan o deben revisar todo el contenido de cada libro. Por lo menos así fue cuando participé como autora de libros de texto de Formación Cívica y Ética para secundaria hace siete años.

El secretario "aseguró que este tipo de errores imperdonables no volverá a ocurrir, toda vez que se ha solicitado a la Academia Mexicana de la Lengua Española (sic), que un grupo de miembros se encargue de revisar cada uno de los textos que se incluirán en las próximas ediciones de libros gratuitos".

Sin duda sería un acierto que la Academia Mexicana de la Lengua (sin lo de "Española") participe pero no como correctora de estilo sino como entidad responsable del buen uso de la lengua escrita.

Ahora que si la Secretaría de Educación Pública se quiere ahorrar los honorarios de editores y correctores profesionales y debido a que en la nota no se especifica en qué libros y en dónde se detectaron las faltas de ortografía, sería interesante que aprovechara que ya hubo alguien que detectó esos "al menos 117 errores ortográficos" y convocara a un concurso a nivel nacional para que maestros, alumnos y padres de familia los cacen y divulguen para que los millones de alumnos que estudiarán con esos libros de texto aprendan de los errores y no los reproduzcan.