El pensador y escritor ha sido reconocido con el galardón por su "trayectoria intelectual y cívica"
Tereixa Constenla
Madrid
16 NOV 2012 - 22:30 CET
Hace años, un desconocido filósofo recibió una carta de
agradecimiento de un conocido escritor. El filósofo se llamaba Fernando
Savater. El escritor, Octavio Paz. Ayer se estrechó el vínculo. La
Fundación Amigos de Octavio Paz, que preside la viuda del mexicano,
distinguió “tanto por su extraordinaria variedad como por la forma en
que se ha dedicado a defender vigorosamente el papel de la decisión
ética en la vida privada y en la plaza pública” a Savater con el Premio
de Poesía y Ensayo Octavio Paz. “Uno ya va teniendo una edad en la que
le gusta el reconocimiento de que no lo ha hecho mal”, manifestó con
franqueza el filósofo.
Según el jurado, integrado por Enrique Krauze, Hugo Hiriart, Christopher Domínguez Michael, Ida Vitale y Aurelio Asiain, el autor “ha hecho de la filosofía una meditación cotidiana, incisiva, amable, puesta al servicio de los lectores a través del artículo periodístico y del ensayo breve, géneros en los cuales es un maestro”. Savater, fundador de la revista Claves de razón práctica, es colaborador habitual de EL PAIS y en las publicaciones Letras libres y Vuelta.
Paradójicamente recibe el galardón cuando ha tomado la determinación de despedirse de la no-ficción. “Seguiré escribiendo artículos y ensayos cortos, pero a partir de ahora prefiero dedicarme a la ficción”, contaba desde Roma ayer el autor de Ética para Amador, uno de los libros de filosofía más populares en países de lengua española. Y no le va mal en la ficción. Este año recibió el premio Primavera por la novelaLos invitados de la princesa, una sátira
repleta de desenfadados guiños filosóficos. No fue su primera gran
distinción: en 2008 ganó el Planeta con la obra La
hermandad de la buena suerte.
Fernando Savater (San Sebastián, 1947) mantuvo una estrecha relación con Octavio Paz a raíz de aquella carta que le remitió el mexicano y que le empujó a las letras: “Tendría 24 o 25 años, había publicado mi segundo libro y un día recibí una carta de Octavio Paz donde me agradecía lo que había escrito sobre su ensayoEl
arco y la lira y me animaba a escribir. Fue extraordinario. Fui a
verle la primera vez que viajé a México y ya nos hicimos amigos hasta su
muerte”.
Autor de decenas de libros, entre los cuales no falta el teatro ni la novela, Savater, libertario y liberal, es una conciencia moral imprescindible, una referencia esencial en el combate contra el nacionalismo en todas sus variantes, los fanatismos de la identidad y el clericalismo, tanto el de las religiones monoteístas como el propagado, en el siglo XX, por los totalitarismos.
Colaborador de EL PAÍS y de las revistas Vuelta y Letras Libres, Fernando Savater alguna vez dijo que si tuviera que ser recordado con una sola frase, escogería, la de “alumno” de su amigo Octavio Paz.
Según el jurado, integrado por Enrique Krauze, Hugo Hiriart, Christopher Domínguez Michael, Ida Vitale y Aurelio Asiain, el autor “ha hecho de la filosofía una meditación cotidiana, incisiva, amable, puesta al servicio de los lectores a través del artículo periodístico y del ensayo breve, géneros en los cuales es un maestro”. Savater, fundador de la revista Claves de razón práctica, es colaborador habitual de EL PAIS y en las publicaciones Letras libres y Vuelta.
Paradójicamente recibe el galardón cuando ha tomado la determinación de despedirse de la no-ficción. “Seguiré escribiendo artículos y ensayos cortos, pero a partir de ahora prefiero dedicarme a la ficción”, contaba desde Roma ayer el autor de Ética para Amador, uno de los libros de filosofía más populares en países de lengua española. Y no le va mal en la ficción. Este año recibió el premio Primavera por la novela
Fernando Savater (San Sebastián, 1947) mantuvo una estrecha relación con Octavio Paz a raíz de aquella carta que le remitió el mexicano y que le empujó a las letras: “Tendría 24 o 25 años, había publicado mi segundo libro y un día recibí una carta de Octavio Paz donde me agradecía lo que había escrito sobre su ensayo
Autor de decenas de libros, entre los cuales no falta el teatro ni la novela, Savater, libertario y liberal, es una conciencia moral imprescindible, una referencia esencial en el combate contra el nacionalismo en todas sus variantes, los fanatismos de la identidad y el clericalismo, tanto el de las religiones monoteístas como el propagado, en el siglo XX, por los totalitarismos.
Colaborador de EL PAÍS y de las revistas Vuelta y Letras Libres, Fernando Savater alguna vez dijo que si tuviera que ser recordado con una sola frase, escogería, la de “alumno” de su amigo Octavio Paz.