Anabel Sáiz Ripoll nos regala un detallado estudio de la obra del poeta argentino Carlos Marianidis, publicado en la edición de este primer día de abril en la revista Arena y Cal. Me permito presentar un fragmento a continuación:
Carlos Marianidis se define a sí mismo como: “Un agradecido de la vida. Nací con meningitis, dentro de una familia pobrísima y fui internado en un hospital público. Al cabo de tres meses de incubadora y respirador, los médicos me desahuciaron. Pero mi madre les rogó un poco más de tiempo, porque confiaba en que yo iba a reaccionar. De ahí en adelante, todo fue un regalo. Y no es que las cosas hayan sido fáciles. Digo que, a pesar de las dificultades –que no son otra cosa que desafíos-, vivir es una experiencia apasionante. Y este planeta es maravilloso. Ojalá todos pudieran darse cuenta y cuidarlo más.”
Carlos Marianidis, a quien dedicamos estas líneas, nació en Buenos Aires, Argentina, el 19 de agosto de 1959. Estudió violín en el Conservatorio Municipal, Óptica Técnica en la Universidad de Morón, teatro en el Conservatorio Nacional y psicología en la Universidad de Buenos Aires. Es un hombre versátil, al que le interesan los deportes (fútbol, tenis, atletismo) y es aficionado al ciclismo y al tenis.
Debemos reconocer que, en toda América Latina, millones de niños no prestan atención en la escuela y tienen problemas de aprendizaje por una deficiencia en la alimentación, porque no están contenidos afectivamente, porque sufren maltrato, porque los potentes modelos que les llegan por TV van al revés de lo que aprenden en las aulas... Ante esta realidad, es imprescindible resolver las cuestiones de fondo para, después, pensar en mejorar cualquier hábito. Una vez que esto está cubierto, alcanza con leerles antes de dormir o poner a su alcance un buen libro ilustrado, una buena novela. Sería ideal que la biblioteca volviera a tener un espacio en cada hogar, aunque sólo fuera un cajón de manzanas con estantes (así era la mía). Cuando el libro ocupa un lugar fijo en la casa, el niño le da valor. Luego, lo abre. Principalmente en la infancia, el cerebro es una esponja fantástica. Los adultos somos responsables de lo que absorba o no. Y, a gran escala, de eso se trata el diseño del mundo en que vivirá cada generación.”
Carlos Marianidis se desenvuelve a gusto en la literatura infantil, a la que presta toda su atención y en la que vuelca todo su buen hacer y sensibilidad. Con mucho sentido del humor y esa ironía sutil que lo caracteriza, al preguntarle, qué opina de la poesía infantil, que cultiva con tanto acierto, contesta: “Lo mismo que opino de los días jueves: hay buenos y malos, algunos son luminosos y otros, sombríos; unos huelen a jazmín abierto en primavera y otros, a humedad de hongo. Hay libros excelentes, pero también veo textos obsoletos que siguen apareciendo en las librerías, totalmente desentendidos de la capacidad de comprensión que tienen hoy los niños. Por ejemplo, no me explico por qué en pleno siglo XXI siguen editando Caperucita Roja. A propósito de esto, Luis Pescetti ha escrito un texto irónico muy interesante y divertido. Como autor, pienso que los niños tienen un grado de percepción de la realidad que está más allá de lo que los adultos creemos. Cada vez que escribo para ellos, lo hago con respeto hacia su capacidad intelectual –no importa qué edad tengan- y elijo las palabras con mucho cuidado. Trato de hacer no literatura infantil, sino literatura que también pueda comprenderse en la infancia, que es muy diferente. Cuando era niño, leí Corazón, Platero y yo, Cuentos de la selva... Décadas después, volví a leerlos y seguían siendo grandes libros. Es decir, Edmundo D’Amicis, Juan Ramón Jiménez y Horacio Quiroga, respectivamente, habían creado obras que se podían disfrutar a cualquier edad. Ahora que tengo el privilegio de ser escritor, intento seguir por ese camino."
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Da clic en el enlace para leer el texto completo, publicado en Arena y Cal
Estimada María Eugenia, te agradezco muchísimo esta presentación de Carlos Marianidis a quien debo confesar que no conocía pese a mi gran afición a la literatura infantil. Procuraré hacerme con alguno de sus libros porque la entrevista me ha resultado de lo más atractiva.
ResponderEliminar¡Gracias!
Un saludo,
Querida Izaskun:
ResponderEliminarGracias a ti por hacer una escala en esta Aldea. Ya es lugar común hablar de los puentes que se tienden en estos espacios, pero es tan común como real. La entrevista que realizó Anabel Sáiz realmente cumple el objetivo de desear conocer más de la obra de Carlos. Ya me contarás cuando leas alguno de sus libros. Te mando un fuerte abrazo.