Es muy común que las personas prefieran escribir con mayúsculas, desde un breve recado hasta todo un texto argumentativo, sin distinguir entre aquellas palabras, como los nombres propios, por ejemplo: Óscar, Los Ángeles, Academia Mexicana de la Lengua, etcétera, que sí tienen que escribirse con mayúscula inicial, y todas las demás que no la requieren -por más que se le quiera dar importancia a palabras como país, nación, soberanía, licenciado, presidente-, a menos que sean las que inician una oración o las que se escriben después de un punto y seguido o aparte; así como las que vienen después del cierre de un signo de admiración o interrogación.
¿Por qué hay quienes prefieren escribir todo con mayúsculas?
Se tiene la creencia de que las mayúsculas no se acentúan, como ocurría cuando se escribía con una pesada máquina de escribir mecánica, hace décadas. Al escribir sólo mayúsculas, sin acentuar las palabras que llevan acento ortográfico, insisto, se tiene la idea de que se puede pasar por el mundo de la escritura como si no se cometieran faltas de ortografía.
Y ya que hablamos de acentos, no falta quien se vaya al extremo y acentúe todas las palabras, incluso asiente doble o triple tilde en algunas palabras, como difícil e inverosímil, que acentúan en todas las íes, quizá con la ilusión de que en una de ésas le atine a las que sí se acentúan. Aunque por regla general los monosílabos no llevan acento (no, fue, pan, fe, un, sal, etcétera), habrá que tener cuidado con los que sí lo requieran (acento diacrítico) para distinguir, por ejemplo, entre un si condicional, de un sí afirmativo o un sí reflexivo de tercera persona (de por sí).
Aprovecho para mencionar que en español los sustantivos comunes no se escriben con mayúscula inicial, como ocurre con el alemán y otros idiomas. De manera que al escribir la fecha, los nombres de los días de la semana (lunes, martes, miércoles...) y de los de los meses (enero, febrero, marzo...) debemos hacerlo con minúsculas. Ocurre lo mismo con los gentilicios y los nombres de las lenguas o idiomas: árabe, español, castellano, catalán, asturiano, gallego, euskera, francés, rumano, ruso, maya, náhuatl, etcétera.
¿Por qué hay quienes prefieren escribir todo con mayúsculas?
Se tiene la creencia de que las mayúsculas no se acentúan, como ocurría cuando se escribía con una pesada máquina de escribir mecánica, hace décadas. Al escribir sólo mayúsculas, sin acentuar las palabras que llevan acento ortográfico, insisto, se tiene la idea de que se puede pasar por el mundo de la escritura como si no se cometieran faltas de ortografía.
Y ya que hablamos de acentos, no falta quien se vaya al extremo y acentúe todas las palabras, incluso asiente doble o triple tilde en algunas palabras, como difícil e inverosímil, que acentúan en todas las íes, quizá con la ilusión de que en una de ésas le atine a las que sí se acentúan. Aunque por regla general los monosílabos no llevan acento (no, fue, pan, fe, un, sal, etcétera), habrá que tener cuidado con los que sí lo requieran (acento diacrítico) para distinguir, por ejemplo, entre un si condicional, de un sí afirmativo o un sí reflexivo de tercera persona (de por sí).
Aprovecho para mencionar que en español los sustantivos comunes no se escriben con mayúscula inicial, como ocurre con el alemán y otros idiomas. De manera que al escribir la fecha, los nombres de los días de la semana (lunes, martes, miércoles...) y de los de los meses (enero, febrero, marzo...) debemos hacerlo con minúsculas. Ocurre lo mismo con los gentilicios y los nombres de las lenguas o idiomas: árabe, español, castellano, catalán, asturiano, gallego, euskera, francés, rumano, ruso, maya, náhuatl, etcétera.
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"Haber si nos vemos", leí en un mensaje de texto que recibí en mi celular. Aunque la intención del mensaje es clara, me quedó la duda sobre si el emisario intentaba simplificar la ortografía o es así como escribe regularmente esta idea. Cabe aclarar que la construcción no responde a simplificación ortográfica, puesto que "a ver si nos vemos", que es la forma correcta de escribir esta oración utiliza catorce caracteres y no quince, como en la que se usa el verbo haber, en lugar de la expresión que denota expectación compuesta por la preposición a y el verbo ver. En fin, me quedé con la duda. Le llamé para ponernos de acuerdo sobre la hora de nuestro encuentro.
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-¡Ay!, me dolió -gritó adolorido y enojado el niño, cuando recibió un pelotazo en la cara. La palabra ay es una interjección y la usamos cada vez más para lamentarnos: ¡Ay, pobre país!
-Ahí se come la mejor birria del mundo -dijo mi amiga, señalando el restaurante que acabábamos de pasar. Ahí es un adverbio de lugar.
--Hay tamales de dulce, de salsa verde y de mole, hay tamales calientitos -pregona el vendedor de tamales todos los días por las calles de las ciudades mexicanas.
Este hay viene del verbo haber. Hay que ver lo que se dice de la democracia mexicana, si la hay.
--Hay tamales de dulce, de salsa verde y de mole, hay tamales calientitos -pregona el vendedor de tamales todos los días por las calles de las ciudades mexicanas.
Este hay viene del verbo haber. Hay que ver lo que se dice de la democracia mexicana, si la hay.
-A ver si te fijas, querida Ángela, que ahí adelante hay un retorno. Te lo digo con tiempo para que no me digas: ¡ay!, no me avisaste a tiempo.
La creencia está tan arraigada en España (la de la no acentuación de las mayúsculas, digo) que con frecuencia se presentan familiares a discutir con el profesor por haber marcado como falta ortografía la ausencia de tildes como la de Óscar. Suelen alegar que hasta hace poco (y yo que tengo 46 añitos me siento joven cuando lo dicen) no se usaba el acento ortográfico en las mayúsculas y pugnan y pugnan para que se le reste importancia a su asuenvia. ¡A ver quién los convence!
ResponderEliminarUn beso querida maestra. Busco y rebusco el libro y no hay manera si sabes quién lo distribuye en España y me dices te lo agradezco. (el del la Aldea...)
Beso.
Hay veces que se me confundo, !Ay! con el aquí, tal vez por haber sido un lector desordenado y ahora con estos cambios de teclados, algunos no tienen los signos ortográficos (notese ahora si conseguí los acentos). Independientemente de estos acidentes de movilidad las signos ortográficos son las señales que nos dan el buen camino para llegar a nuestro destino:la comunicación.
ResponderEliminarAbrazos con tilde.
Sergio Astorga
Hola Izaskun:
ResponderEliminarQué honor que hayas visitado los dos blogs y dejado comentarios. El asunto de las mayúsculas acentuadas sigue siendo dolor de cabeza para quienes no quieren dar su brazo a torcer y se topan con maestros que no están dispuestos a dejar pasar la falta de ortografía, a ver quién gana. Hay mucha gente que afirma tener buena ortografía, salvo por los acentos, imagínate.
Gracias por preguntar por mi libro, así a lo mejor algún librero se interesa en conseguirlo y se pone en contacto conmigo para su distribución. Como es edición de autora, he tenido que ir de puerta en puerta a venderlo, aunque ahora las librerías del Fondo de Cultura Económica ya lo tienen y lo venden también en línea. Muchas gracias por tu interés. Recibe un abrazo.
Hola Sergio:
ResponderEliminarRealmente los teclados de las computadoras representan un reto para quienes escriben en español en países en donde la eñe, la tilde y los signos (interrogación y admiración) de apertura no existen, pero si se tiene la intención de comunicar y de hacer poesía, como es tu caso, imagino que siempre hay aquí, allá y en todas partes (como dirían los Beatles) una forma para salvar esos pequeños obstáculos.
Te mando un cariñoso abrazo.