Copo de Algodón
María García Esperón
Ilustración Marcos Almada Rivero
México, Ediciones El Naranjo, 2010
ISBN: 978-607-7661-17-7
María García Esperón lo hizo de nuevo. Rescató del olvido a una princesa. La primera fue Cleopatra Selene, en la extraordinaria novela Querida Alejandría. Ahora nos presenta a Tecuixpo Ixtlaxóchitl, Copo de Algodón, Flor Blanca, hija de Teyhualco, princesa de Tacuba y de Moctezuma Xocoyotzin, el Gran Tlatoani de Tenochtitlan, "nacida el día 2 viento del año 5 conejo, en la gran ciudad de la laguna".
María García Esperón da voz a Copo de Algodón o quizá Copo de Algodón esperó pacientemente y por fin descubrió a María, quien la escuchó con amorosa atención y se convirtió en la portavoz de la hija consentida del Gran Tlatoani, quien tiene tantas vivencias que compartir con los herederos de los cimentadores del agua y con el mundo entero.
La pequeña Tecuixpo se entera por su nana cómo fue su nacimiento, cómo fue recibida entre los cantos de la princesa de Texcoco y los rezos de la reina de Tacuba, sus abuelas. Y de cómo sus ojos recién abiertos al mundo vieron directamente a los ojos a su padre, a quie ama y admira. Pero ese amor no impide cuestionamientos "¿Mi padre es un hombre cruel?", pues además de ser un temible guerrero era sacerdote y "no vacilaba en arrancar del pecho del sacrificado el corazón palpitante que alimentaba la sangre solar de nuestro señor, Huitzilopochtli".
Copo de Algodón cuenta pasajes de nuestra historia desde la perspectiva niña, de testigo y protagonista en un tiempo y una cultura que a los ojos de la sociedad actual resultan dificiles de comprender. Cuando tiene ocho años asiste al sacrificio de la hija de su nana, la pequeña Quetzalli, quien lloraba mucho, y fue ofrendada, no como castigo sino como privilegio, a la diosa del agua Chalchiuhtlicue, la de la falda de jade.
A propósito de sacrificios a Huitzilopochtli Flor Blanca dice:
En la literatura infantil y juvenil clásica, las historias de princesas, tras ser rescatadas por sus apuestos príncipes, concluyen con "...y vivieron felices para siempre". La de Copo de Algodón no está destinada a ese final feliz con su esposo, por más que como lectores deséaramos que así fuera. No le echo a perder el final a quien conoce aunque sea de manera superficial la historia de México, pues al poco tiempo de la boda y los alegres presagios el arribo de quien fuera tomado por Quetzalcóatl a tierras mexicas cambió dramáticamente los rumbos de México.
Copo de Algodón cuenta pasajes de nuestra historia desde la perspectiva niña, de testigo y protagonista en un tiempo y una cultura que a los ojos de la sociedad actual resultan dificiles de comprender. Cuando tiene ocho años asiste al sacrificio de la hija de su nana, la pequeña Quetzalli, quien lloraba mucho, y fue ofrendada, no como castigo sino como privilegio, a la diosa del agua Chalchiuhtlicue, la de la falda de jade.
A propósito de sacrificios a Huitzilopochtli Flor Blanca dice:
El colibrí azul ama la sangre. Es su agua preciosa, su chalchihuatl, de ella se alimenta. El alimento se lo tenemos que dar nosotros, los tenochcas. Pero no es tan fácil, debe obtenerse en la guerra, en la guerra que hace florecer los escudos, las flechas, las macanas. En la guerra en la que debe evitarse matar a los hombres , porque deben llevarse prisioneros y hacerlos subir las escaleras del templo para alimentar al dios y detener el final de la quinta era, éste nuestro Quinto Sol de movimiento, que está como los que lo precedieron, destinado a desaparecer.Cuando Tecuixpo Ixtlaxóchitl, de sólo nueve años, fue llamada por su padre para avisarle de su boda con Cuitláhuac, hermano de Moctezuma, su madre, vestida con un huipil blanco inmaculado estaba ahí, en silencio, como casi siempre. A Flor Blanca le hubiese gustado más que su futuro esposo fuera Cuauhtémoc, pero su padre sabía por qué había elegido a su hermano. De manera que Copo de Algodón se convertiría en la segunda esposa de su tío, uniría su manto y su destino al guerrero, quien estaba casado con Papantzin y tenía tres hijos mayores que Tecuixpo.
Mi padre decretó unas bodas magníficas. Regaló maíz a los cuatro barrios de Tenochtitlan. Parecía una cascada de maíz, una lluvia de abundancia que tuviera su origen en el cielo. Las bodas de Tecuixpo y Cuitláhuac eran benditas, acababan con el hambre, traían alegría y alimento a los tenochcas.
Los nobles fueron regalados con objetos de oro, turquesas y jades. La calzada de Iztapalapa parecía el camino de los dioses alegres, de los dioses risueños, de los cuatrocientos conejos, del dios Omacatl, que convidaba a la gente a comer y a reír aquí sobre la tierra.Atados los mantos y los destinos Copo de Algodón y Cuitláhuac, sus cuerpos debían esperar a que ella alcanzara la edad en que podrían compartir el lecho.
En la literatura infantil y juvenil clásica, las historias de princesas, tras ser rescatadas por sus apuestos príncipes, concluyen con "...y vivieron felices para siempre". La de Copo de Algodón no está destinada a ese final feliz con su esposo, por más que como lectores deséaramos que así fuera. No le echo a perder el final a quien conoce aunque sea de manera superficial la historia de México, pues al poco tiempo de la boda y los alegres presagios el arribo de quien fuera tomado por Quetzalcóatl a tierras mexicas cambió dramáticamente los rumbos de México.
Mi padre está rodeado de príncipes. A Cortés lo acompaña una esclava. Una mujer que se llama Malinalli y que domina nuestro idioma y el maya. Dicen que es muy inteligente y que en pocos días aprendió el habla de los extranjeros. Ella es la lengua, la intérprete de Cortés. Ha de tener unos veinte años y debe odiar a los mexicas porque le ha revelado al capitán secretos de nuestra raza, trucos y desplantes que surten efecto. ¿Por qué mira Cortés tan descaradamente a mi padre a la cara? ¿Que no le dijo su lengua que está terminantemente prohibido escrutar el rostro del señor, de nuestro señor, de nuestro gran señor Moctrezuma? ¿O si se lo dijo y le aconsejó que con la mirada lo desarmara, que le quitara su divinidad, su señoría, que le echara al cuello ese collar hecho de cuentas que brillan, mientras que mi padre le ha regalado un aderezo de oro y conchas labradas?
Estoy segura de que esta novela, como las buenas obras de la LIJ, seducirá a lectores adultos y éstos, en su papel de padres, maestros, bibliotecarios, promotores de lectura, libreros y amigos seguramente la ofrecerán a los niños, a los jóvenes, para leerla con calma, evocando imágenes, hermosas y dulces algunas, descarnadas y crueles otras, que María García Esperón, con talento, respeto y amor ha construido para compartir su visión de esta etapa que dejó tan profunda huella en el alma, la identidad, la historia, la cultura de los mexicanos desde esos primeros encuentros.
Rescatar del olvido a Copo de Algodón no significa simplemente agregar un personaje más a la galería de nobles mexicas, va más alla. Las palabras que Moctrezuma dirige a su hija recién nacida y en diferentes momentos críticos, como cuando la hermana del Gran Tlatoani es condenada a muerte por cometer adulterio permiten ver al guerrero, al sacerdote, al emperador en su faceta de padre, capaz de conmoverse frente a la recién nacida, a la recién casada, a la niña seducida por la lengua del conquistador.
Veo este libro, publicado por Ediciones El Naranjo, como una semilla. De su lectura florecerán inquietudes por conocer más, por comparar la forma en que nos relatan los acontecimientos los libros de texto, la historia oficial y otras obras de divulgación surgidas de historiadores mexicanos y extranjeros. Y por supuesto, sé que María García Esperón ha sembrado una semilla de la que brotarán más historias que enriquecerán la literatura.
María García Esperón nació en la Ciudad de México en 1964, pero si le hubieran preguntado habría escogido nacer en la Atenas de Pericles, en la Roma de Julio César o en la gran Tenochititlan de Moctezuma. Por eso estudió Ciencias Humanas y Letras Clásicas y considera que el aprendizaje del griego, del latín y el náhuatl es lo más parecido a viajar en el tiempo, además de ser más emocionante que subirse a la montaña rusa. Por la calidad de sus obras ha recibido diversos premios y reconocimientos. Sus otras dos grandes pasiones son la poesía y navegar y crear en Internet.
Marcos Almada Rivero es ilustrador y escritor con espíritu de explorador. De niño soñaba con ser paleontólogo, pues para él no hay nada más alucinante que los dinosaurios. Después, estuvo muy cerca de ser arqueólogo y otro tanto de convertirse en historiador. Mientras crecía, descubrió que lo único más emocionante que conocer es imaginar, por lo que estudió la carrera de Comunicación. Aprendió a dibujar por su cuenta, garabateando las paredes de su casa y los libros de la escuela. Ahora, por suerte, sus garabatos aparecen en muchos libros, hasta en los escolares.
Hola, querida María Eugenia.
ResponderEliminarTengo deseos de leer esta novela que nos reseñas porque del personaje de Tecuixpo me enamoré gracias a la novela de la escritora mexicana Sara García Iglesias que se llama: 'Isabel Moctezuma. La última princesa azteca', una hermosa novela.
Te dejo un abrazo.
Querida Magda:
ResponderEliminarQué bueno que esta reseña despierte el deseo de leer la novela, en donde María nos presenta a esta última princesa azteca niña. Tu comentario también me invita a conocer el trabajo de Sara García Iglesias para descubrir a Isabel Moctezuma, a Tecuixpo adulta.
Gracias por tu comentario, siempre enriquecedor.
Recibe un cariñoso abrazo en esta tarde lluviosa.
El Hurgador de Libros estará atento a los movimientos bonaerenses de ese hermoso volumen, y se encargará de velar porque se respete el lugar que se merece en la Gran Librería El Ateneo
ResponderEliminarSaludos!
Querido Marcelo:
ResponderEliminarEs un honor recibir una vez más tu visita, en esta ocasión por un motivo muy feliz: la aparición de Copo de Algodón, obra que espero conquiste inteligencias y espacios en todo el mundo.
Las misiones que se impone el Hurgador de Libros me parecen maravillosas y totalmente congruentes con tu quehacer literario y tu espíritu amistoso.
Un abrazo.
Copo de Algodón envía a todos una jícara de chocolate;a Maru un agradecimiento eterno como la nieve de los volcanes y espera que su vida contada humildemente por mí sea del interés de Magda y del Hurgador de Libros.
ResponderEliminarEso sí, esperemos que el Naranjo extienda sus ramas hasta Buenos Aires para que Tecuixpo pueda conocer la librería más hermosa del mundo, que conozco en todo su esplendor a través de los ojos de Marcelo.
Querida María:
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por tus letras y amistad.
Deseo, igual que tú, que Copo de Algodón traspase fronteras y llegue a tan hermosa librería de Buenos Aires y a muchas otras más que seguramente la recibirán con cariño e interés.
Te mando un abrazo muy cariñoso.
María Eugenia, este humilde tlacuilo gusta de esta historia.
ResponderEliminarUn abrazo en copo.
Sergio Astorga
Querido Sergio:
ResponderEliminarEs una hermosa y dolorosa historia, como las que se tejieron durante esos años de esplendor del México Antiguo y del choque-encuentro de dos culturas.
Aprovecho para decir que tu espléndida alma de tlacuilo me tiene fascinada. En este verano he visto que ha estado particularmente activa y los Antojos no dejan de sorprenderme.
Te mando un abrazo muy cariñoso.
Ma. Eugenia
me guata mucho esta histroria me gusta mucho
ResponderEliminarHola, quisiera comprar esta novela ya que no eh podido encontrarla en ningun otro lado, quisiera ver en donde podria encontrarla
ResponderEliminarHola Maria, quisiera ver o mas bien saber donde puedo encontrar esta novela, ya que por donde vivo, no hay manera ni siquiera las venden, y me urge saber en que parte o donde podria encargarla.
ResponderEliminarSaludo...
Hola María:
ResponderEliminarEsta novela de María García Esperón, así como otras de sus obras seguramente las podrás encontrar en librerías grandes como las del Fondo de Cultura Económica, así como en el Club "Sácale Jugo a la Lectura", aquí te dejo el enlace de la página: http://www.sacalejugoalalectura.com/ Saludos.