miércoles, 21 de abril de 2010

José Emilio Pacheco. Actos previos a la recepción del Premio Cervantes 2009

El poeta José Emilio Pacheco y la ministra de Cultura de España, Ángeles González-Sinde 
Foto Reuters*

José Emilio Pacheco guarda legado en Caja de las Letras del Instituto Cervantes

Al recibir las llaves de la Caja de las Letras, José Emilio Pacheco emotivo, tierno y espontáneo, manifestó : “no sé para qué me la dan, en cien años yo no voy a existir”.
Notimex
Publicado: 21/04/2010 11:01

Madrid. Además de dos de sus últimas obras editadas, el poeta mexicano José Emilio Pacheco depositó hoy, en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, un legado personal que permanecerá custodiado durante cien años, que incluye manuscritos de su puño y letra, en papel revolución.

Dos días antes de recibir el Premio Cervantes 2009, Pacheco guardó en la antigua caja de caudales de la institución, antes banco central, su legado, que incluyó una pluma estilográfica, un rotulador y un bolígrafo, que, al introducirlos en la caja, expresó con tristeza “me despido de ellas”.

Un José Emilio Pacheco emotivo, tierno y espontáneo, reiterando su vergüenza por “tantas atenciones” y quien al recibir las llaves de la Caja de las Letras, manifestó: “no sé para qué me la dan, en cien años yo no voy a existir”.

Pacheco dejó su legado en un acto encabezado por la presidenta del Instituto Cervantes, Carmen Caffarell; y por la ministra de Cultura del gobierno español, Ángeles González Sinde, y en el que estuvo acompañado de su esposa Cristina Pacheco y de sus dos hijas.

En la antigua cámara acorazada de la sede central de la institución, el mexicano fue sacando, una por una, las distintas cosas que dejó como legado, entre ellas, la nota de prensa que elaboró el Instituto Cervantes para el acto de hoy.

“Lo dejo para que quien abra esto en cien años sepa quien fui, porque no creo que nadie recuerde mi obra”, dijo con sencillez.

Insistió en que “con humildad y orgullo, espero que cuando este legado se abra dentro de cien años, esas futuras generaciones de un impensable 2110, tengan piedad de mí y de esta época oscura y sangrienta”.

Sostuvo que “yo soy una gota en el océano y un átomo en la cadena que empezó hace años”.

La caja mil 525, situada encima de las que contienen el legado de los escritores españoles Ana María Matute y Juan Marsé, guarda desde este miércoles los dos últimos títulos publicados de Pacheco: la antología revisada “Tarde o temprano” y la reedición de “Las batallas en el desierto”.

Incluyó varios manuscritos de diferentes épocas, “escritos en papel revolución, el más barato y de cuando yo no tenía conciencia ecológica”, pero “con mi letra, que desde que soy joven hasta mi ancianidad es pésima, y eso me da mucha vergüenza”.

La entrega de un legado en la Caja de las Letras, en vísperas de recibir el más alto galardón de las letras españolas, es ya una tradición y antes que Pacehco lo hicieron también en las tres ediciones anteriores Antonio Gamoneda (Premio Cervantes 2006), Juan Gelman (2007) y Juan Marsé (2008).

Texto reproducido de: La Jornada (en línea) 21 de abril de 2010, Sección Cultura
* Foto publicada en la nota del corresponsal Armando G. Tejeda: La poesía es un vicio como la cocaína: José Emilio Pacheco 

2 comentarios:

Sergio Astorga dijo...

No solo Rousseau tiene su Emilio, nosotros también tenemos uno.
Levantemos la letra y brindemos.

Abrazos felices.
Sergio Astorga

María Eugenia Mendoza dijo...

Sería maravilloso, por el poeta y por México, que en sus entrevistas no tuviera que hablar del dolor que sufren el país y en general el mundo, en estos momentos de destrucción provocada por fenómenos naturales y por largas cadenas de errores in-humanos.
Pero, tienes razón, brindemos levantando la letra, porque las letras mexicanas SÍ están de fiesta.
Un dulce abrazo desde tu tierra.