La sonrisa de María lo dice todo. Brota fresca, espontánea, sincera, generosa cada vez que presenta un libro nuevo o habla de su creciente obra o de la de otro autor. El rostro de María García Esperón se ilumina y deja ver la felicidad que le produce seducir lectores, sorprender al auditorio que la descubre o que la sigue desde hace algunos años, no muchos, cuando entró al mundo de la literatura infantil y juvenil (LIJ) por la puerta grande, la del primero de varios premios literarios ganados y que cada año suma títulos publicados en México, España, Cuba, Colombia...
Me he sentido en deuda con María desde que presentó su más reciente libro El anillo de César, ilustrado por Sr. No Quiero y publicado por Ediciones El Naranjo. Esa noche de verano lluviosa, en un auditorio lleno, a la escritora no se le escaparon los nombres de amigos y familiares presentes en tan feliz ocasión. En esa ocasión agradeció las reseñas de varios amigos mutuos, entre ellas las de Anabel Sáiz Ripoll y Alejandra Moglia que han dado cuenta de esta obra que ofrece a los jóvenes lectores un acercamiento a uno de los grandes personajes de la historia: Cayo Julio César. Naturalmente esa noche compré el libro, al llegar a casa lo leí y me encantó reencontrarme con las letras de María, con su pasión por la historia y su enorme amor por la literatura.
Durante la presentación vi a María como una auténtica LIJStar (espanglish para estrella de la LIJ): dueña del escenario, seguida por fans que cruzan la ciudad para no perderse la oportunidad de escucharla, de llevarse el libro autografiado, de abrazarla y confiarle anécdotas que sin duda animan a la escritora a seguir creando, a seguir compartiendo espacios para enriquecer la vida de sus lectores.
La reseña sigue pendiente pero no podía dejar pasar más tiempo sin expresar, una vez más, mi admiración y amistad.
4 comentarios:
Querida Maru: Te agradezco profundamente esa mirada generosa hacia esta amiga tuya, que por siempre habitará en tu Aldea de las Letras, tu novela, tu blog, tu amistad...
Un abrazo que te sigue volando
María
Querida Maria: esta entrada es un humilde refrendo de amistad.
Va un fuerte abrazo.
María Eugenia, aunque no tengo el gusto su sonrisa es mayor que la de Xochipilli.
Abrazo florido.
Querido Sergio:
María es un sol. Es encantadora cuando la escuchas hablar, cuando la lees, cuando es tu amiga.
Va un apapacho sonriente.
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