jueves, 9 de agosto de 2012

Instantes que han durado décadas. A propósito del poema "Instantes", que no es de Borges

 María Kodama en Bellas Artes

A propósito de "Instantes", poema que no escribió Jorge Luis Borges y que ha provocado
"osos" editoriales y culturales

Hace veinte años, en una ceremonia para inaugurar el nuevo transmisor de Radio UNAM (a la que no pude asistir debido a que no encontré quién cuidara a mis hijos, pero que seguí desde la comodidad de la sala de mi casa, rodeada de mis tres pequeñitos, la menor de cuatro años), Juan Stack regaló a los asistentes a la transmisión en vivo, en el auditorio Julián Carrillo, y a los radioescuchas el poema Instantes, que en ese entonces se le adjudicaba a Jorge Luis Borges:
Instantes
Jorge Luis Borges
Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de hecho
tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería
más helados y menos habas, tendría más problemas
reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos;
no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas;
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres
y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.
Agradecí al cielo haberme perdido esa fiesta de palabras y música en mi querida radiodifusora, por la reacción de mi hija menor a las palabras del poeta.
-¿Y qué pasó? -me preguntó minutos después de terminada la lectura del poema.
-Qué pasó con qué -respondí con extrañeza y con una pregunta.
-Qué pasó con el señor del poema, qué le pasó?
-Se murió... de viejito.
Un largo silencio me hizo pensar que todo quedaba ahí, pero no.
-¿Sabes qué... cuando yo me muera... de viejita -importantísima aclaración-, me gustaría encontrarme con Borges en el cielo, porque si escribió eso debe haber sido un gran hombre.
Por supuesto que la abracé, me dejó sin habla.

Que hace veinte años y aun más se le adjudicara a Jorge Luis Borges la autoría de Instantes era un error más que común, de hecho Elena Poniatowska refiere, en esta nota de La Jornada, que ella lo cometió:
En los días 9, 10, 11 y 12 del mes de diciembre de 1973, hace 39 años publiqué en Novedades, una entrevista en cuatro partes que le hice a Jorge Luis Borges con reverencia y timidez, muy consciente de mis limitaciones y él me trató con bondad.
Cuando la entrevista se publicó de nuevo en Diana, en la serie Todo México en diciembre de 1990 (páginas 115 a 154), mi gran amiga Rosa Nissan me trajo ya enmarcado y manuscrito por ella el poema Instantes: ¡Mira qué maravilla, es de Borges!, que de inmediato incluí en el texto para el libro. Resultó no ser de Borges, pero en esa época todo mundo creía que era de él.
También para el tomo I de la serie Todo México incluí un segundo encuentro con Borges en el hotel Camino Real, en 1979, en una entrevista de prensa a la que asistimos muchos periodistas y escogí otro poema, Remordimiento, ese sí de Borges escrito en 1975, después de la muerte de su madre.
Mi descuido fue haber mezclado las dos entrevistas para la edición de Diana, guiada por la emoción del segundo encuentro en el hotel y no volver a revisar la entrevista como tampoco la revisaron los editores de Todo México y ahora los del libro Borges y México.
Espero que está aclaración pueda enmendar en parte el enojo de la heredera y viuda de Borges, María Kodama, a quien describí en Todo México como una mujer serena, sedante, prudente, erudita, entregada a él y sobre todo a su obra.
Considero que el enojo de María Kodama es más que justificado. Hace unos días se inauguró la exposición fotográfica "Borges en México" y, previamente se había presentado una nueva edición del libro Borges y México, que por primera vez incluye cuentos, poemas y ensayos del escritor argentino "donde México es el protagonista o se asoma de manera circunstancial y enigmática", según refiere la nota publicada en La Razón.

María Kodama, durante el chat organizado por El Universal
 
El citado libro, publicado por Random House Mondadori en su sello Lumen, ha comenzado a ser retirado de las librerías mexicanas porque contiene un grave error de la escritora Elena Poniatowska, que en su texto "Un agnóstico que habla con Dios" reprodujo el poema Instantes, un apócrifo que se le ha atribuido a Borges.
Kodama dijo que en una entrevista que hizo Poniatowska en el 73 a Borges y que apareció en un diario de México en tres entregas no cita ni el poema "Instantes" ni el poema "Remordimiento".
"Aparecen en una publicación que hace en los 90's y ahora en el artículo de este libro esto es muy grave porque ella agrega algo a una entrevista que ya había sido publicada y que no aparecen estos datos ¿Qué le lleva a esto? Nunca pudo leerle a Borges estos poemas ya que Instantes' aparece en internet después de la muerte de Borges y el poema "Remordimiento" me lo dictó Borges tres días después de morir su madre. Hecho que ocurrió dos años después de la entrevista que hizo Poniatowska", agregó.
Por ese grave error de la escritora mexicana, la editorial Random House Mondadori sacará de circulación el libro "Borges y México" y lo suplirá con una reedición del volumen que planean tener lista antes de dos semanas y reponer la actual edición que es de 2 mil ejemplares.
Gente de la editorial aseguró que tuvieron que convencer a María Kodama de que se subsanaría el error con una reedición en la que ya no se reproducirá el texto de Elena Poniatowska. Esa fue la razón por la que anoche no se presentó el libro, ni siquiera se habló de él y María Kodama, Miguel Capistrán, Cristóbal Pera, Paulina Lavista y Felipe Ehrenberg contaron anécdotas de los tres viajes de Borges a México, de las fotografía, pero no del libro.
Por este error no es difícil imaginar que en la editorial tendrán que pagar caro quienes estuvieron a cargo de la edición. Por otro lado, el nombre de Elena Poniatowska quedó en entredicho.

Como lo señala la viuda de Borges, fue después de la muerte del poeta cuando Instantes comienza a circular y a ser recitado y reproducido en diferentes formatos (lo incluí, por ahí de 1992 en una revista de comunicación interna de una empresa).

A propósito de la autoría de este poema, que conmueve a los lectores de todas edades, invito a los visitantes de esta Aldea a leer el estudio de Ivan Almeida. "Jorge Luis Borges, autor del poema 'Instantes'"  Borges Studies Online. On line. J. L. Borges Center for Studies & Documentation. Internet: 17/06/01 (http://www.borges.pitt.edu/bsol/iainst.php), de donde extraigo estas dos citas, la primera que da como autora a Nadine Stair y la segunda a Don Harold:
En el diario El País del 9 de mayo de 1999, Francisco Peregil publica una nota intitulada "El poema que Borges nunca escribió", en la que, sin más argumentos que su justificada indignación, remacha la teoría de Kodama: Craso error, porque la verdadera autora del apócrifo es una desconocida poetisa norteamericana llamada Nadine Stair, que lo publicó en 1978, ocho años antes de que Borges muriera en Ginebra, a los 86 años.
 [...]
El 11 de febrero de 1999, un mensaje electrónico remitido por Ilza Carvalho me advierte de la existencia del texto "If I had My Life to Live over", firmado por el caricaturista americano Don Herold, en la revista Reader’s Digest de octubre de 1953 (cuando Borges tenía 54 y Nadine 55 años). Mi amable interlocutora me comunica además que está en contacto telefónico con la hija del célebre caricaturista, la escritora Doris Herold Lund, quien confirma sin equívocos la autoría de su padre.
If I had my life to live over, I would try to make more mistakes. I would relax. I would be sillier than I have been this trip. I know of very few things that I would take seriously. I would be less hygienic. I would go more places. I would climb more mountains and swim more rivers. I would eat more ice cream and less bran.




6 comentarios:

Myriam B. Mahiques dijo...

Hola María Eugenia, es un excelente post. Tengo otro post compartido de un diario que habla de un autor (me olvidé el nombre) que escribía a la manera de Borges, y tanto hizo que logró que Borges le escribiera una introducción, fue más bien por error, por un cuento que se le atribuía a él. Tengo que buscar ese post, porque es increíble y no lo recuerdo en detalle. Maestro Borges hay uno solo. Un beso,

María Eugenia Mendoza dijo...

Muchas gracias, Myriam, tus palabras son muy halagadoras.
Voy a hurgar en tu blog para leer la entrada que dices. Sin duda todo lo relacionado con Borges es muy interesante. Cuando me topo con algún documental en la tele de esos días en México o con alguna otra entrevista es un gusto escucharlo. Espero ir pronto a Bellas Artes, pues la exposición estará hasta el 2 de septiembre, ya te contaré.
Va un cariñoso abrazo.

El guachimán dijo...

Un artículo muy interesante, María Eugenia, te felicito.

María Eugenia Mendoza dijo...

Hola Guachimán:
Qué bueno que te pareció interesante esta entrada. Gracias por visitar esta Aldea y dejar huella.
Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, limpio y demostrativa tu entrada. Me ha gustado mucho por que señalas dos tiempos uno el emotivo (reacción del auditorio o del lector) a la lectura del poema (de auto ayuda) y la estricta parte literaria. Ahora que los premios son dados con "sospechosismo", en concreto el premio de la Feria de Guadalajara, escritores con plagio historias.

Abrazos firmados con notario.

María Eugenia Mendoza dijo...

Hola Sergio:
Gracias por tus palabras. Si obras adjudicadas a grandes poetas abrieran el camino a su obra real cumplirían con una función que va más allá de reírse de los ingenuos lectores, por desgracia, parece que muchos se conforman con esta muestra de obra apócrifa, en fin, me ha parecido muy interesante el camino que abrió Instantes para evidenciar la ética del intelectual.
Lo de los premios, querido amigo, es una vergüenza, tú has mencionado un ejemplo, pero por ahí hay muchos más que ponen en evidencia a esos "grandes".
Va un abrazo auténtico.