Todo comienza en un jardín, lo
recuerdo, me recuerdo. Un jardín con
niño, a tientas, me adentro. Pasillos, puertas que dan a un cuarto de hotel, a
una interjección, a un páramo urbano. Y entre el bostezo y el abandono, tú,
intacto, verdor sitiado por tanta muerte, jardín revisto esta noche. Sueños
insensatos y lúcidos, geometría y delirio entre altas bardas de adobe. La
glorieta de los pinos, ocho testigos de mi infancia, siempre de pie, sin
cambiar nunca de postura, de traje, de silencio. El montón de pedruscos de
aquel pabellón que no dejó terminar la guerra civil, lugar amado por la
melancolía y las lagartijas. Los yerbales, con sus secretos, su molicie de
verde caliente, sus bichos agazapados y terribles. La higuera y sus consejas.
Los adversarios: el floripondio y sus lámparas blancas frente al granado,
candelabro de joyas rojas ardiendo en pleno día. El membrillo y sus varas
flexibles con las que arrancaba ayes al aire matinal. La lujosa mancha de vino
de la buganvilia sobre el muro inmaculado, blanquísimo. El sitio sagrado, el
lugar infame, el rincón del monólogo: la orfandad de una tarde, los himnos de
una mañana, los silencios, aquel día de gloria entrevista, compartida.
lunes, 2 de julio de 2012
Mi casa, mi gente, mi tierra, Octavio Paz
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8 comentarios:
Hermoso. Me encanta Octavio Paz y con tu permiso, agrego el link en el grupo de lectores de FB. Un beso Eugenia, que estés bien :)
Hola Myriam:
Me da muchísimo gusto compartir contigo este hermosísimo poema de Paz y que a la vez lo lleves a tu grupo de lectores.
Va un abrazo fuerte y cariñoso en esta noche lluviosa.
Precioso, Mª Eugenia. Un placer leer y escuchar a Octavio Paz, grande entre los grandes de nuestras letras.
Gracias por compartirlo.
Muchas gracias, querida Carlota, me da gusto que lo disfrutes tanto como yo.
Va un abrazo cálido.
María Eugenia, tu sabes que Octavio Paz es una voz a la que recurro casi todos los días. Es un poeta manantial.
Ahora que están los días tan agitados, recuerdo que cuando estaba en la Facultad de Letras de la UNAM, estaba vetado, yo no entendía el porqué, tal vez porque no lo leían.
Abrazos cariñosos
Hola Sergio:
Me encanta esa descripción y ese hacer tuyo al poeta manantial. Justamente lo busqué este 2 de julio, día aciago, para encontrar en sus palabras la fuerza de mi casa, mi gente, mi tierra.
Va un abrazo hogareño.
A mí me parece maravilloso, María Eugenia. Me maravilla la obra de Octavio Paz y me maravilla la capacidad de acoger de la poesía, de ser refugio y consuelo y de infundir energía y entusiasmo...Aspiremos largamente el aire cargado de porvenir, Abrazos mil.
Querida Lola MU:
Gracias por tus palabras siempre alentadoras y gracias a Octavio Paz por sus palabras universales.
Un abrazo desde esta orilla lluviosa.
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