En un lugar de Atocha... El 11-M vivido por un niño
de Santiago García-Clairac
Ediciones SM, Barco de Vapor, serie naranja, 2005
Libro del Rincón, 2005
Pocos días después del terremoto de Haití (12 de enero de 2010), con la intención de sondear cómo enfrentan los chicos noticias de tragedias, en ese caso provocada por un fenómeno natural, recorrí los estantes de la Biblioteca Escolar de la Escuela Jesús González Ortega, en donde participo como lectora voluntaria, y me topé con este libro de Santiago García-Clairac, en donde nos relata una terrible tragedia, pero en este caso producto de un acto terrorista: el 11-M, que por desgracia pasa a la historia como uno de varios atentados terroristas que marcaron la primera década de este siglo XXI y que cimbró no sólo al pueblo español sino al mundo entero.
La memoria guarda hasta los más mínimos detalles cuando las personas enfrentan acontecimientos felices o trágicos, como le ocurrió a Quique, el pequeño protagonista de esta historia, quien los evoca prácticamente minuto a minuto, desde que la alarma de su reloj lo despertó el once de marzo de 2004, hasta el desenlace de la historia que cambió su vida y la de millones de personas, entre pasajeros que viajaban en los diferentes trenes esa mañana, familiares, amigos, compañeros de escuela y trabajo, así como la de quienes no lo pensaron mucho y actuaron heroicamente.
A lo largo de este relato el lector acompaña a Quique ese once de marzo de 2004 desde el momento en que suena la alarma del despertador a las 6:15 hasta las 10:30 de la mañana, es decir, desde el momento en que se levanta con la convicción de que será un gran día, pues viajará en tren con su madre a Madrid para encontrarse con su padre, hasta que está en el hospital viendo las imágenes en la televisión de lo que ha ocurrido.
Quique, de la mano de su madre y de alguna manera también de la mano de Don Quijote, hace el recorrido aquella fría mañana por las calles de Alcalá de Henares, su ciudad natal, hasta la estación de ferrocarril. Ahí se encuentra con un ingenioso amigo del colegio, quien se dirige a Madrid, sin que lo sepan sus padres, en busca del sueño de convertirse en estrella; es tal su convicción que ya hasta tiene nombre artístico y tarjetas de presentación.
A lo largo de este relato el lector acompaña a Quique ese once de marzo de 2004 desde el momento en que suena la alarma del despertador a las 6:15 hasta las 10:30 de la mañana, es decir, desde el momento en que se levanta con la convicción de que será un gran día, pues viajará en tren con su madre a Madrid para encontrarse con su padre, hasta que está en el hospital viendo las imágenes en la televisión de lo que ha ocurrido.
Quique, de la mano de su madre y de alguna manera también de la mano de Don Quijote, hace el recorrido aquella fría mañana por las calles de Alcalá de Henares, su ciudad natal, hasta la estación de ferrocarril. Ahí se encuentra con un ingenioso amigo del colegio, quien se dirige a Madrid, sin que lo sepan sus padres, en busca del sueño de convertirse en estrella; es tal su convicción que ya hasta tiene nombre artístico y tarjetas de presentación.
La historia es dolorosa, sobre todo porque está basada en la realidad, superada siempre por cualquier ficción. Y aunque el autor imprime toques de humor, a cargo del aspirante a artista, tiene toda la carga emocional y de misterio del cómo se van dando las cosas desde que el protagonista descubre una mochila abandonada en el vagón en el que viaja.
El autor incluye una nota al final de la historia en la que explica que el libro fue largamente meditado y que hubo momentos en que pensó abandonar el proyecto. Finalmente decidió contar la historia de Quique, un niño que viajaba con su madre en el tren 17305, de Alcalá de Henares con destino a Madrid. "Estoy seguro de que en mi decisión influyó el hecho de que Alcalá de Henares es una ciudad que conozco profundamente. Pronto asocié, como se ve en el relato, la figura de Don Quijote con las víctimas y con los que dieron lo mejor de sí mismos para ayudar a los heridos".
García-Clairac señala en la mencionada nota: "He pensado mucho en los niños durante la escritura de este libro. He intentado ser prudente y cuidadoso; he procurado no herir su sensibilidad y he evitado descripciones demasiado duras... Aunque durante el proceso de redacción, he comprendido algo sobre ellos: si pueden ser protagonistas y testigos de un atentado tan brutal, también pueden ser lectores de una historia que, en última instancia es la suya. Espero que les alivie."
Este libro, en México, forma parte de los Libros del Rincón, está disponible en Bibliotecas Escolares y tiene un enorme potencial para conversar con los lectores de diferentes edades sobre una amplia gama de temas, entre ellos la solidaridad de la población, siempre presente en momentos de desastres de cualquier tipo.
En estos momentos, cuando están frescas múltiples heridas y la población no ha asimilado la muerte de cientos de miles de seres humanos por los más recientes terremotos en Haití, Chile y Turquía, los maestros, promotores culturales, bibliotecarios, padres de familia y en general toda la gente que tiene relación con chicos en edad escolar pueden seguir el ejemplo del escritor García-Clairac y hablar de la tragedia, en este caso con el fin de sensibilizarlos y sembrar la semilla de la solidaridad, para que reconozcan que aun en los peores momentos lo mejor de la humanidad sale a flote para ayudar a quien lo necesita.
Acerca del autor: Santiago García-Clairac ha sido dibujante, ilustrador, publicista, profesor, guionista y escritor. Nació el 30 de julio de 1944 en Mont-de-Marsants, Francia. Cuando terminó sus estudios de Publicidad comienza a trabajar en lo que más le gusta: inventar historias y dibujarlas. Publica sus primeros comics en la Editorial Doncel y hace ilustraciones para otras casas editoriales. En 1994 publica su primer libro infantil Maxi el aventurero (Ediciones SM). En SM también ha publicado El niño que quería ser Tintín (1997), Maxi y la banda de los tiburones (1998), El libro invisible (1999), El rey del escondite (2001), La comunicación nos une; El libro de Hanna; Maxi presidente (2002), El amigo de Hércules (2004) y Primeras prácticas, en la colección Alerta roja de Gran Angular. Entre los premios más destacados que le han sido otorgados está el Accésit Premio Lazarillo 1995 por El niño que quería ser Tintín.
En estos momentos, cuando están frescas múltiples heridas y la población no ha asimilado la muerte de cientos de miles de seres humanos por los más recientes terremotos en Haití, Chile y Turquía, los maestros, promotores culturales, bibliotecarios, padres de familia y en general toda la gente que tiene relación con chicos en edad escolar pueden seguir el ejemplo del escritor García-Clairac y hablar de la tragedia, en este caso con el fin de sensibilizarlos y sembrar la semilla de la solidaridad, para que reconozcan que aun en los peores momentos lo mejor de la humanidad sale a flote para ayudar a quien lo necesita.
Acerca del autor: Santiago García-Clairac ha sido dibujante, ilustrador, publicista, profesor, guionista y escritor. Nació el 30 de julio de 1944 en Mont-de-Marsants, Francia. Cuando terminó sus estudios de Publicidad comienza a trabajar en lo que más le gusta: inventar historias y dibujarlas. Publica sus primeros comics en la Editorial Doncel y hace ilustraciones para otras casas editoriales. En 1994 publica su primer libro infantil Maxi el aventurero (Ediciones SM). En SM también ha publicado El niño que quería ser Tintín (1997), Maxi y la banda de los tiburones (1998), El libro invisible (1999), El rey del escondite (2001), La comunicación nos une; El libro de Hanna; Maxi presidente (2002), El amigo de Hércules (2004) y Primeras prácticas, en la colección Alerta roja de Gran Angular. Entre los premios más destacados que le han sido otorgados está el Accésit Premio Lazarillo 1995 por El niño que quería ser Tintín.
2 comentarios:
Hola, María Eugenia, ante todo, gracias pot pasar por En ocasiones...leo libros: esto de la comunicación sin fronteras no deja de sorprenderme. No conocía este libro, parece interesante, aunque aquí aún es un recuerdo bastante doloroso.¡Un saludo!
Hola Carlota: es un placer este encuentro virtual pero de coincidencias reales.
Sin duda estos acontecimientos dejan cicatrices difíciles e incluso imposibles de sanar. La propuesta del autor me pareció honesta y ofrece la oportunidad para hablar con los niños acerca de la realidad y la ficción.
Recibe un cordial abrazo.
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