Con el fin de apoyar, dentro de lo poco que se pueda en humildes espacios como esta Aldea, deseo invitar a todos al estreno o durante los días posteriores, a ver esta película de animación, cuya historia, escrita por Jorge Estrada y Alfredo Castañeda, fundadores de la casa productora Aeroplano, gira en torno a un niño de once años, Gapo, quien decide ir en busca de su hermano Santiago, mejor conocido como "El Damián", revolucionario villista y quien a los ojos de su hermano menor es todo un héroe.
Dos años de producción y un costo de 28 millones de pesos
Esta película, según me contó en una entrevista (publicada en suite101.net) que me concedió muy amablemente el director, se produjo en dos años, lo cual constituye un tiempo récord, cuando de animaciones se trata. El costo fue de 28 millones de pesos, que en palabras del Jorge, resulta una importante inversión pero que no se compara con los montos que alcanzan las producciones estadounidenses.
La Revolución de Juan Escopeta es la ópera prima del cineasta, quien estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de la UNAM. La apuesta por el cine de animación, sin duda está plagada de riesgos, sin embargo, Estrada comenta que mientras se cuente con una historia "sólida y redonda" se tendrá una base fuerte para emprender este tipo de proyectos. Después de esta experiencia, de la que quedó muy satisfecho, declara que le gustaría volver a hacer otra animación. Claro que eso no quiere decir que no le atraigan las películas de acción viva.
Quiero comentar que la página web de la película me encanta, ofrece información muy interesante, que refleja el profesionalismo y cuidado en el trazo de cada personaje y en los aspectos históricos que dan contexto a la película, que por cierto no es de corte histórico, pero si se menciona una fecha, una batalla, personajes de la vida real como Francisco Villa, Victoriano Huerta o "los Colorados", podemos tener la certeza de que la información está bien documentada, pues "sería irresponsable ofrecer información falsa".
Las biografías que los autores escribieron sobre cada personaje incluyen desde detalles conmovedores hasta chuscos, como los que definen a un personaje inspirado en los políticos de ese tiempo (muy semejantes a muchos actuales): el Gordo.De él se dice que:
Uno de los hechos más sorprendentes del siglo XIX es que El Gordo haya concluido aprobado sus estudios de educación básica. Tramposo, flojo, distraído, con mala memoria, pésimo para los números, pero sobre todo, poseedor de una de las más terribles ortografías que el idioma español recuerde, el Gordo, como si todo esto no fuera poco, intentó cursar la carrera de Derecho.Más por lógica natural que por justicia divina, fue incapaz de concluir con dichos estudios. Eso, a pesar de que un cuñado suyo, muy amigo del compadre de un primo de Justo Sierra intentó ayudarlo. Sin embargo, su expulsión del colegio de abogados no fue impedimento para que se hiciera (gracias a otro cuñado) de un título falso que lo avala como "Licenciado en Leyes". Con ese título logra hacerse de un puesto modesto en las oficinas del partido antirreeleccionista. Allá adentro sobrevive como una rata que vive de las moronas que otros arrojan.Nadie sabe cuántas hermanas tiene el Gordo pero en cuanto a cuñados, se asegura que son tantos como políticos corruptos hay en nuestro maltratado país.
Al respecto, Jorge Estrada comentó: "La ortografía es un tema que me apasiona y eso era chistoso reflejar, además que es gracioso. La ortografía es algo que se aprende, que no está cambiando, como los conocimientos de un doctor, de un científico. Son simples leyes, fáciles de aprender, pero a las que no se da la debida importancia, no se valora que con ellas te estás comunicando".
La Revolución de Juan Escopeta, contra lo que uno puede imaginar al ver el Teaser de la película es un llamado a la no violencia, es una propuesta antibélica. "Cuando comencé a escribir la película fue hace cinco o seis años, en ese entonces México era otro país. Ahora más que nunca es pertinente hacer este llamado: nuestro niño rechaza la violencia. Él se va por otro camino. Aunque es una película antibélica se tiene que mostrar cierta violencia, en ese contexto del conflicto revolucionario, para rechazarla. Ha llamado la atención la película porque no estamos acostumbrados a que se vea esta violencia en películas animadas. Pero el mensaje es anti violencia. Yo espero que así sea recibido".
Por último, cabe mencionar que la postura de los exhibidores, de no cumplir ni siquiera con el tiempo limitado al que están obligados para proyectar las películas nacionales, como lo señala la Ley Federal de Cinematografía en su:
ARTÍCULO 19.- Los exhibidores reservarán el diez por ciento del tiempo total de exhibición, para la proyección de películas nacionales en sus respectivas salas cinematográficas, salvo lo dispuesto en los tratados internacionales en los cuales México no haya hecho reservas de tiempo de pantalla.
Toda película nacional se estrenará en salas por un período no inferior a una semana, dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que sea inscrita en el Registro Registro Público correspondiente, siempre que esté disponible en los términos que establezca el Reglamento.
Toda película nacional se estrenará en salas por un período no inferior a una semana, dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que sea inscrita en el Registro Registro Público correspondiente, siempre que esté disponible en los términos que establezca el Reglamento.
En el momento en que publico esta entrada, solamente las carteleras de los complejos de Cinemark y Lumiere anunciaban el próximo estreno de La Revolución de Juan Escopeta, en tanto que Cinemex y Cinépolis no la incluían, a pesar de que el director mencionó que también en esos complejos sería estrenada la película este viernes 4 de noviembre.
Habrá que romper el círculo vicioso que obstaculiza la exhibición de películas mexicanas por el supuesto de que al público mexicano no le interesan.