A propósito de "Instantes", poema que no escribió Jorge Luis Borges y que ha provocado
"osos" editoriales y culturales
Hace veinte años, en una ceremonia para inaugurar el nuevo transmisor de Radio UNAM (a la que no pude asistir debido a que no encontré quién cuidara a mis hijos, pero que seguí desde la comodidad de la sala de mi casa, rodeada de mis tres pequeñitos, la menor de cuatro años), Juan Stack regaló a los asistentes a la transmisión en vivo, en el auditorio Julián Carrillo, y a los radioescuchas el poema Instantes, que en ese entonces se le adjudicaba a Jorge Luis Borges:
Instantes
Jorge
Luis
Borges
- Si
pudiera
vivir
nuevamente
mi
vida.
- En
la
próxima
trataría
de
cometer
más
errores.
- No
intentaría
ser
tan
perfecto,
me
relajaría
más.
- Sería
más
tonto
de
lo
que
he
sido,
de
hecho
- tomaría
muy
pocas
cosas
con
seriedad.
- Sería
menos
higiénico.
- Correría
más
riesgos,
haría
más
viajes,
contemplaría
- más
atardeceres,
subiría
más
montañas,
nadaría
más
ríos.
- Iría
a
más
lugares
adonde
nunca
he
ido,
comería
- más
helados
y
menos
habas,
tendría
más
problemas
- reales
y
menos
imaginarios.
- Yo
fui
una
de
esas
personas
que
vivió
sensata
y
prolíficamente
- cada
minuto
de
su
vida;
claro
que
tuve
momentos
de
alegría.
- Pero
si
pudiera
volver
atrás
trataría
de
tener
- solamente
buenos
momentos.
- Por
si
no
lo
saben,
de
eso
está
hecha
la
vida,
sólo
de
momentos;
- no
te
pierdas
el
ahora.
- Yo
era
uno
de
esos
que
nunca
iban
a
ninguna
parte
sin
termómetro,
- una
bolsa
de
agua
caliente,
un
paraguas
y
un
paracaídas;
- Si
pudiera
volver
a
vivir,
viajaría
más
liviano.
- Si
pudiera
volver
a
vivir
comenzaría
a
andar
descalzo
a
principios
- de
la
primavera
y
seguiría
así
hasta
concluir
el
otoño.
- Daría
más
vueltas
en
calesita,
contemplaría
más
amaneceres
- y
jugaría
con
más
niños,
si
tuviera
otra
vez
la
vida
por
delante.
- Pero
ya
tengo
85
años
y
sé
que
me
estoy
muriendo.
Agradecí al cielo haberme perdido esa fiesta de palabras y música en mi querida radiodifusora, por la reacción de mi hija menor a las palabras del poeta.
-¿Y qué pasó? -me preguntó minutos después de terminada la lectura del poema.
-Qué pasó con qué -respondí con extrañeza y con una pregunta.
-Qué pasó con el señor del poema, qué le pasó?
-Se murió... de viejito.
Un largo silencio me hizo pensar que todo quedaba ahí, pero no.
-¿Sabes qué... cuando yo me muera... de viejita -importantísima aclaración-, me gustaría encontrarme con Borges en el cielo, porque si escribió eso debe haber sido un gran hombre.
Por supuesto que la abracé, me dejó sin habla.
Que hace veinte años y aun más se le adjudicara a Jorge Luis Borges la autoría de
Instantes era un error más que común, de hecho Elena Poniatowska refiere, en esta nota de
La Jornada, que ella lo cometió:
En los días 9, 10, 11 y 12 del mes de diciembre de 1973, hace 39 años publiqué en Novedades,
una entrevista en cuatro partes que le hice a Jorge Luis Borges con
reverencia y timidez, muy consciente de mis limitaciones y él me trató
con bondad.
Cuando la entrevista se publicó de nuevo en Diana, en la serie
Todo México en diciembre de 1990 (páginas 115 a 154), mi gran amiga Rosa Nissan me trajo ya enmarcado y manuscrito por ella el poema
Instantes: ¡Mira qué maravilla, es de Borges!
, que de inmediato incluí en el texto para el libro. Resultó no ser de Borges, pero en esa época todo mundo creía que era de él.
También para el tomo I de la serie
Todo México incluí un
segundo encuentro con Borges en el hotel Camino Real, en 1979, en una
entrevista de prensa a la que asistimos muchos periodistas y escogí otro
poema,
Remordimiento, ese sí de Borges escrito en 1975, después de la muerte de su madre.
Mi descuido fue haber mezclado las dos entrevistas para la
edición de Diana, guiada por la emoción del segundo encuentro en el
hotel y no volver a revisar la entrevista como tampoco la revisaron los
editores de Todo México y ahora los del libro Borges y México.
Espero que está aclaración pueda enmendar en parte el enojo de la heredera y viuda de Borges, María Kodama, a quien describí en Todo México como una mujer serena, sedante, prudente, erudita, entregada a él y sobre todo a su obra
.
Considero que el enojo de María Kodama es más que justificado. Hace unos días se inauguró la exposición fotográfica
"Borges en México" y, previamente se había presentado una nueva edición del libro
Borges y México, que por primera vez incluye cuentos, poemas y ensayos del escritor argentino "donde México es el protagonista o se asoma de manera circunstancial y enigmática", según refiere la nota publicada en
La Razón.
El citado libro, publicado por Random House Mondadori en su sello
Lumen, ha comenzado a ser retirado de las librerías mexicanas porque
contiene un grave error de la escritora Elena Poniatowska, que en su
texto "Un agnóstico que habla con Dios" reprodujo el poema Instantes,
un apócrifo que se le ha atribuido a Borges.
Kodama dijo que en una entrevista que hizo Poniatowska en el 73 a Borges
y que apareció en un diario de México en tres entregas no cita ni el
poema "Instantes" ni el poema "Remordimiento".
"Aparecen en una publicación que hace en los 90's y ahora en el artículo
de este libro esto es muy grave porque ella agrega algo a una
entrevista que ya había sido publicada y que no aparecen estos datos
¿Qué le lleva a esto? Nunca pudo leerle a Borges estos poemas ya que
Instantes' aparece en internet después de la muerte de Borges y el poema
"Remordimiento" me lo dictó Borges tres días después de morir su madre.
Hecho que ocurrió dos años después de la entrevista que hizo
Poniatowska", agregó.
Por ese grave error de la escritora mexicana, la editorial Random House
Mondadori sacará de circulación el libro "Borges y México" y lo suplirá
con una reedición del volumen que planean tener lista antes de dos
semanas y reponer la actual edición que es de 2 mil ejemplares.
Gente de la editorial aseguró que tuvieron que convencer a María Kodama
de que se subsanaría el error con una reedición en la que ya no se
reproducirá el texto de Elena Poniatowska. Esa fue la razón por la que
anoche no se presentó el libro, ni siquiera se habló de él y María
Kodama, Miguel Capistrán, Cristóbal Pera, Paulina
Lavista y Felipe Ehrenberg contaron anécdotas de los tres viajes de
Borges a México, de las fotografía, pero no del libro.
Por este error no es difícil imaginar que en la editorial tendrán que pagar caro quienes estuvieron a cargo de la edición. Por otro lado, el nombre de Elena Poniatowska quedó en entredicho.
Como lo señala la viuda de Borges, fue después de la muerte del poeta cuando
Instantes comienza a circular y a ser recitado y reproducido en diferentes formatos (lo incluí, por ahí de 1992 en una revista de comunicación interna de una empresa).
A propósito de la autoría de este poema, que conmueve a los lectores de todas edades, invito a los visitantes de esta Aldea a leer el estudio de
Ivan Almeida.
"Jorge
Luis Borges,
autor del
poema
'Instantes'"
Borges Studies Online.
On line. J.
L. Borges
Center for
Studies
&
Documentation.
Internet: 17/06/01
(http://www.borges.pitt.edu/bsol/iainst.php), de donde extraigo estas dos citas, la primera que da como autora a Nadine Stair y la segunda a Don Harold:
En
el diario El
País
del 9 de
mayo de
1999,
Francisco
Peregil
publica
una nota
intitulada
"El
poema que
Borges
nunca
escribió",
en la que,
sin más
argumentos
que su
justificada
indignación,
remacha la
teoría de
Kodama: Craso
error,
porque
la
verdadera
autora
del
apócrifo
es una
desconocida
poetisa
norteamericana
llamada
Nadine
Stair,
que lo
publicó
en
1978,
ocho
años
antes
de que
Borges
muriera
en
Ginebra,
a los
86
años.
[...]
El
11 de
febrero de
1999, un
mensaje
electrónico
remitido
por Ilza
Carvalho
me
advierte
de la
existencia
del texto
"If I
had My
Life to
Live over",
firmado
por el
caricaturista
americano
Don
Herold, en
la revista
Reader’s
Digest
de octubre
de 1953
(cuando
Borges
tenía 54
y Nadine
55 años).
Mi amable
interlocutora
me
comunica
además
que está
en
contacto
telefónico
con la
hija del
célebre
caricaturista,
la
escritora
Doris
Herold
Lund,
quien
confirma
sin
equívocos
la
autoría
de su
padre.
If
I had
my
life
to
live
over,
I
would
try to
make
more
mistakes.
I
would
relax.
I
would
be
sillier
than I
have
been
this
trip.
I know
of
very
few
things
that I
would
take
seriously.
I
would
be
less
hygienic.
I
would
go
more
places.
I
would
climb
more
mountains
and
swim
more
rivers.
I
would
eat
more
ice
cream
and
less
bran.