lunes, 2 de abril de 2018

Día Internacional del Libro Infantil, 2018


Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.
Cada año una Sección Nacional tiene la oportunidad de ser la patrocinadora internacional del Día del Libro Infantil y selecciona un escritor/a representativo y a un reconocido ilustrador/a de su país para que elaboren el mensaje dirigido a todos os niños del mundo y el cartel que se distribuye por todo el mundo, y se promueva la celebración en las bibliotecas, centros escolares, librerías, etc.

Los libros hacen grande lo más pequeño

Las personas tienden al ritmo y a la regularidad, de la misma forma que la energía magnética organiza las virutas de metal en un experimento de física, de la misma forma que un copo de nieve crea cristales a partir de agua. Ya sea en un cuento de hadas o en un poema, a los niños les gusta la repetición, los refranes y los motivos universales porque pueden reconocerse una y otra vez; dan regularidad a un texto. El mundo adquiere un orden precioso. Aún recuerdo que de niña luchaba conmigo misma por defender la justicia y la simetría, la igualdad de derechos para la izquierda y la derecha: si tamborileaba con los dedos una melodía sobre la mesa, contaba cuántas veces debía golpear con cada dedo para que los demás no se sintieran ofendidos. Solía aplaudir dando una palmada con la mano derecha sobre la izquierda, pero pensé que eso no era justo y aprendí a hacerlo al contrario, con la izquierda sobre la derecha. Por supuesto, este afán instintivo de equilibrio resulta gracioso, pero lo que muestra es la necesidad de evitar que el mundo llegara a ser asimétrico. Tenía la sensación de ser la única responsable de todo su equilibrio.
La inclinación de los niños hacia los poemas y las historias surge, igualmente, de su necesidad de llevar regularidad al caos del mundo. Desde la indeterminación todo tiende hacia un orden. Las canciones infantiles, las canciones populares, los juegos, los cuentos de hadas, la poesía… son formas de existencia rítmicamente organizadas que ayudan a los más pequeños a estructurar su presencia en el gran caos. Crean la conciencia instintiva de que el orden en el mundo es posible y que todas las personas tienen en él un sitio único. Todo fluye hacia este objetivo: la organización rítmica del texto, las series de letras y el diseño de la página, la impresión del libro como un todo bien estructurado. La grandeza se revela en lo más pequeño y le damos forma en los libros infantiles, incluso cuando no estamos pensando en Dios o en los fractales. Un libro infantil es una fuerza milagrosa que promueve el enorme deseo de los pequeños y su capacidad de ser. Promueve su coraje para vivir.
En un libro, los pequeños siempre son grandes, de manera instantánea y no solo cuando llegan a adultos. Un libro es un misterio en el que se encuentra algo que no se buscaba o que no estaba al alcance de alguien. Lo que no pueden comprender lectores de una cierta edad permanece en su conciencia como una impronta y continúa actuando aun cuando no lo entiendan completamente. Un libro ilustrado puede funcionar como un cofre del tesoro de sabiduría y cultura incluso para los adultos, igual que los niños pueden leer un libro destinado a adultos y encontrar su propia historia, un indicio sobre sus vidas incipientes. El contexto cultural modela a las personas, estableciendo las bases para las impresiones que llegarán en el futuro, así como para las experiencias más difíciles a las que tendrán que sobrevivir sin dejar de ser íntegros.
Un libro infantil representa el respeto por la grandeza de lo más pequeño. Representa un mundo que se crea de nuevo una y otra vez, una seriedad lúdica y preciosa, sin la que todo, incluida la literatura infantil, es simplemente un trabajo muy pesado y vacío.

Escrito por Inese Zandere
Traducido por Attesor traducciones
Ilustrado por Reinis Pētersons

Información tomada de la página de Oepli

miércoles, 21 de febrero de 2018

Día Internacional de la Lengua Materna 2018

Día internacional de la lengua materna 2018

La diversidad lingüística y el plurilingüismo como elementos clave para la sostenibilidad y la paz

Con motivo del Día Internacional de la Lengua Materna en 2018 que se celebra anualmente cada 21 de febrero, la UNESCO reitera su compromiso en materia de diversidad lingüística e invita a los Estados Miembros a celebrar esta jornada en tantas lenguas como sea posible a fin de recordar que la diversidad lingüística y el plurilingüismo son esenciales para el desarrollo sostenible.
Durante los últimos 20 años, la UNESCO ha celebrado el Día Internacional de la Lengua Materna con el objetivo de preservar la diversidad lingüística y promover la educación plurilingüe basada en la lengua materna.
La diversidad lingüística se encuentra cada vez más amenazada con un mayor número de lenguas que desaparecen. Cada dos semanas, como promedio, una lengua desaparece, llevándose con su desaparición todo un patrimonio cultural e intelectual.
No obstante, gracias a la comprensión de la importancia que tienen las lenguas maternas, se han alcanzado logros en materia de educación plurilingüe basada en éstas, en particular desde los primeros estudios y el compromiso cada vez mayor de que evolucionen en la esfera pública.
Este año la UNESCO conmemora el 70° aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y su enérgica declaración de “no discriminación por motivos de idioma”, y rinde homenaje a su traducción en más de 500 idiomas.
“Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición...”
 
Artículo 2, Declaración Universal de Derechos Humanos(link is external), 1948

La UNESCO se apoya también en este Día para hacer énfasis en la diversidad lingüística y el plurilingüismo como parte integral del desarrollo sostenible, y en particular con miras a la consecución de las metas 4.6 y 4.7 del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) relativo a la educación.
Los ODS dependen de la diversidad lingüística y del plurilingüismo como contribución fundamental con miras a la educación de la ciudadanía mundial en tanto que promotores de vínculos interculturales y como mejor manera de convivencia.
Información tomada de la página de la Unesco