lunes, 31 de octubre de 2011

La Revolución de Juan Escopeta, película animada de Jorge Estrada


El próximo viernes 4 de noviembre se estrenará en el Distrito Federal la esperada película del director mexicano Jorge Estrada, La Revolución de Juan Escopeta.


Con el fin de apoyar, dentro de lo poco que se pueda en humildes espacios como esta Aldea, deseo invitar a todos al estreno o durante los días posteriores, a ver esta película de animación, cuya historia, escrita por Jorge Estrada y Alfredo Castañeda, fundadores de la casa productora Aeroplano, gira en torno a un niño de once años, Gapo, quien decide ir en busca de su hermano Santiago, mejor conocido como "El Damián", revolucionario villista y quien a los ojos de su hermano menor es todo un héroe.

Dos años de producción y un costo de 28 millones de pesos

Esta película, según me contó en una entrevista (publicada en suite101.net) que me concedió muy amablemente el director, se produjo en dos años, lo cual constituye un tiempo récord, cuando de animaciones se trata. El costo fue de 28 millones de pesos, que en palabras del Jorge, resulta una importante inversión pero que no se compara con los montos que alcanzan las producciones estadounidenses.

La Revolución de Juan Escopeta es la ópera prima del cineasta, quien estudió en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de la UNAM. La apuesta por el cine de animación, sin duda está plagada de riesgos, sin embargo, Estrada comenta que mientras se cuente con una historia "sólida y redonda" se tendrá una base fuerte para emprender este tipo de proyectos. Después de esta experiencia, de la que quedó muy satisfecho, declara que le gustaría volver a hacer otra animación. Claro que eso no quiere decir que no le atraigan las películas de acción viva.

Quiero comentar que la página web de la película me encanta, ofrece información muy interesante, que refleja el profesionalismo y cuidado en el trazo de cada personaje y en los  aspectos históricos que dan contexto a la película, que por cierto no es de corte histórico, pero si se menciona una fecha, una batalla, personajes de la vida real como Francisco Villa, Victoriano Huerta o "los Colorados", podemos tener la certeza de que la información está bien documentada, pues "sería irresponsable ofrecer información falsa".

Las biografías que los autores escribieron sobre cada personaje incluyen desde detalles conmovedores hasta chuscos, como los que definen a un personaje inspirado en los políticos de ese tiempo (muy semejantes a muchos actuales): el Gordo.De él se dice que:
Uno de los hechos más sorprendentes del siglo XIX es que El Gordo haya concluido aprobado sus estudios de educación básica. Tramposo, flojo, distraído, con mala memoria, pésimo para los números, pero sobre todo, poseedor de una de las más terribles ortografías que el idioma español recuerde, el Gordo, como si todo esto no fuera poco, intentó cursar la carrera de Derecho.Más por lógica natural que por justicia divina, fue incapaz de concluir con dichos estudios. Eso, a pesar de que un cuñado suyo, muy amigo del compadre de un primo de Justo Sierra intentó ayudarlo. Sin embargo, su expulsión del colegio de abogados no fue impedimento para que se hiciera (gracias a otro cuñado) de un título falso que lo avala como "Licenciado en Leyes". Con ese título logra hacerse de un puesto modesto en las oficinas del partido antirreeleccionista. Allá adentro sobrevive como una rata que vive de las moronas que otros arrojan.Nadie sabe cuántas hermanas tiene el Gordo pero en cuanto a cuñados, se asegura que son tantos como políticos corruptos hay en nuestro maltratado país.
Al respecto, Jorge Estrada comentó: "La ortografía es un tema que me apasiona y eso era chistoso reflejar, además que es gracioso. La ortografía es algo que se aprende, que no está cambiando, como los conocimientos de un doctor, de un científico. Son simples leyes, fáciles de aprender, pero a las que no se da la debida importancia, no se valora que con ellas te estás comunicando".

La Revolución de Juan Escopeta, contra lo que uno puede imaginar al ver el Teaser de la película es un llamado a la no violencia, es una propuesta antibélica. "Cuando comencé a escribir la película fue hace cinco o seis años, en ese entonces México era otro país. Ahora más que nunca es pertinente hacer este llamado: nuestro niño rechaza la violencia. Él se va por otro camino. Aunque es una película antibélica se tiene que mostrar cierta violencia, en ese contexto del conflicto revolucionario, para rechazarla. Ha llamado la atención la película porque no estamos acostumbrados a que se vea esta violencia en películas animadas. Pero el mensaje es anti violencia. Yo espero que así sea recibido".





Por último, cabe mencionar que la postura de los exhibidores, de no cumplir ni siquiera con el tiempo limitado al que están obligados para proyectar las películas nacionales, como lo señala la Ley Federal de Cinematografía en su:
ARTÍCULO 19.- Los exhibidores reservarán el diez por ciento del tiempo total de exhibición, para la proyección de películas nacionales en sus respectivas salas cinematográficas, salvo lo dispuesto en los tratados internacionales en los cuales México no haya hecho reservas de tiempo de pantalla.
Toda película nacional se estrenará en salas por un período no inferior a una semana, dentro de los seis meses siguientes a la fecha en que sea inscrita en el Registro Registro Público correspondiente, siempre que esté disponible en los términos que establezca el Reglamento.

En el momento en que publico esta entrada, solamente las carteleras de los complejos de Cinemark y Lumiere anunciaban el próximo estreno de La Revolución de Juan Escopeta, en tanto que Cinemex y Cinépolis no la incluían, a pesar de que el director mencionó que también en esos complejos sería estrenada la película este viernes 4 de noviembre.

Habrá que romper el círculo vicioso que obstaculiza la exhibición de películas mexicanas por el supuesto de que al público mexicano no le interesan.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Desde la web Molino de Ideas: "La RAE ha perdido el rumbo"

La RAE ha perdido el rumbo

La Real Academia Española de la lengua tiene una profunda crisis de identidad: no sabe sí es una empresa comercial o un ente público que sirve a los hablantes. De lo que no cabe duda es de que está fundamentalmente patrocinada por la sociedad, ya sea por el estado o por diferentes corporaciones públicas y privadas.
Gobernada por las editoriales.
Por una parte se entiende a sí misma como el garante de la “pureza” del español, la que decide lo que está bien y está mal; pero por otra parte está “gobernada” por unas editoriales que aprovechan esta posición para vender la mayor cantidad posible de libros al mayor. Esto hace que no pueda ejercer su labor normativa con independencia. Siempre viene bien un cambio de normas para vender más libros, sobre todo si la información no se deja accesible en la web y hay que pagar para obtenerla.
La gramática y la ortografía.
Además, los libros producidos son caros, muy caros. Para justificar su elevado precio se intenta que tengan el mayor número de páginas para que el precio sea más elevado y se engaña en el lanzamiento de los mismos. La última gramática se vendió como un libro que todos los hablantes deberían tener en sus casas para poder hablar español correctamente y en realidad se trata de una gramática descriptiva que no resuelve ninguna duda a los hablantes sino que sirve de herramienta a los filólogos para profundizar en diversos aspectos del estudio del español.
La última ortografía de 700 páginas frente a las 100 de la anterior, tiene contenidos de fonética que nada tienen que ver con el tema ortográfico. Esto, además, hace que los hablantes tengan la impresión de que el español y su ortografía son terriblemente complejos cuando no es así. Tanto la gramática como la ortografía, si las desarrolla un ente público, deberían estar disponibles en la web gratuitamente y en ediciones de bajo precio.
Por último hay que recordar que estos libros no se publican cuando están listos sino cuando económicamente interesa a las editoriales.


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viernes, 21 de octubre de 2011

Gracias por estar presente. Premio a los amigos virtuales, de Myriam Mahiques



Los amigos virtuales son personas con las que compartimos la blogosfera, intereses y, en ocasiones, una que otra confidencia, vía correo electrónico. De algunos conocemos su rostro porque aparece en su perfil y de algunos más su voz,  gracias a que en ocasiones sus palabras van acompañadas de imágenes y audio. Con los amigos virtuales se antoja pasar una tarde platicando de todo y de nada, como se hace con los amigos que conocemos físicamente. No he querido hacer la distinción entre virtuales y reales, porque todos lo son, hasta que demuestren lo contrario.


Confieso que este año he dejado de frecuentar tanto a mis amigos, a quienes conozco físicamente, como a los virtuales, aunque nunca han dejado de estar presentes.

Ahora Myriam Mahiques me da la oportunidad de expresar un "Gracias por estar presente", por medio de este premio que ha diseñado y compartido con sus amigos virtuales. La semana pasada lo recibí y me sentí muy feliz de formar parte de la larga lista de sus amigos. Así presenta Myriam su iniciativa:
Ésta es la primera vez que hago un premio, que en realidad es un agradecimiento a los amigos virtuales que me acompañan desde hace años, algunos no tanto, pero tienen la constancia de pasar por mis blogs y grupos, saludar, comentar, lo cual es un aprendizaje y satisfacción para mí. Sé que participar de las redes lleva mucho tiempo, por lo cual, a aquéllos que se acercan cotidianamente les estoy doblemente agradecida.
He pensado qué imagen les dejaría, y trabajé una foto de un frasco de preservas -que hice yo misma- porque  conlleva la metáfora del tiempo, de lo que dura y no perece. Pueden llevarse la imagen a sus sitios, dejarla, pasarla, sólo mirarla, recordarla, cómo gusten; se llama ¨Gracias por estar presentes!!!¨.
 Este premio no implica ninguna condición, pero siguiendo el ejemplo de Myriam, deseo mencionar a los queridos amigos virtuales que esta Aldea me ha permitido conocer y que son tan reales como el compromiso que plasman en su obra y su valiosa amistad.



Albert Lázaro-Tinaut, de Transeúnte en pos del norte
Asunción Carracedo, de Amigos de Papel
Anabel Sáiz Ripoll, de Voces de las dos orillas
Blanca Olivas, de Palabralabra
Carlos Marianidis
Carlota Bloom, de En ocasiones… leo libros
Condesa Freia, de Variaciones Goldberg
Esther, de Sapere aude!
Isazkun Legarza, de Librería de Mujeres
Juana Castillo, de Perlas de Luna
Lola MU, de Ab Música y más
Lucía Borreguero y su hermosa hija Noa
Marcelo Suárez de Luna, de La menor idea 
Pedro Villar, de Cuaderno de apuntes
Rozanna, de Basque-Land
Sergio Astorga (y Helena), de Antojos
Susana Arroyo Furphy, de Yo escribo

Muchas gracias Myriam y a todos los demás amigos por estar presentes y hacer de estos espacios virtuales sitios en donde la amistad es posible.


lunes, 3 de octubre de 2011

A ver o haber

 A ver y haber se oyen igual pero se ven diferentes

En una entrada antigua mencioné que es común la confusión entre "a ver" y "haber" en el lenguaje escrito informal, y señalaba un ejemplo de mensaje de texto (enviado por celular): "Haber si nos vemos pronto", en lugar de "A ver si nos vemos pronto". Recientemente el tema se discutió entre profesores de español. La mayoría de ellos no le dan mayor importancia al asunto y solamente sugieren marcar el error, si aparece en un examen de texto argumentativo, como ortográfico, debido a que la confusión tiene un origen fonético y los estudiantes "escriben como hablan".
De manera que no hay como recurrir a los expertos.

¿Qué dice la Real Academia Española al respecto? Reproduzco el apartado dedicado a este tema, que aparece en "Respuestas a las preguntas más frecuentes":

A ver / haber
Aunque a ver y haber se pronuncian de la misma forma, deben distinguirse adecuadamente en la escritura.


  a) a ver

  Se trata de la secuencia constituida por la preposición a y el infinitivo verbal ver:

  Vete a ver qué nota te han puesto.
  Los llevaron a ver los monumentos de la ciudad.

  Como expresión fija, presenta distintos valores y usos:

  • En tono interrogativo, se emplea para solicitar al interlocutor que nos deje ver o comprobar algo:

  —Mira lo que he comprado. —¿A ver?

  • Expresa, en general, expectación o interés por saber algo, y va normalmente seguida de una interrogativa indirecta:

  A ver cuándo nos dan los resultados.

  • Se utiliza para llamar la atención del interlocutor antes de preguntarle, pedirle u ordenarle algo:

  A ver, ¿has hecho lo que te dije?
  A ver, trae el cuaderno.

  • Equivale a claro o naturalmente, como aceptación de algo que se considera inevitable:

  —Pero ¿al final os vais? —¡A ver! Si no lo hacemos, perdemos el dinero de la reserva.

  • Delante de una oración introducida por la conjunción si, expresa, bien expectación, curiosidad o interés, a veces en forma de reto; bien temor o sospecha; bien deseo o mandato:

  ¡A ver si adivinas lo que estoy pensando!
  A ver si te caes.
  A ver si eres más organizado de ahora en adelante.

  En muchos de estos casos la secuencia a ver puede reemplazarse por veamos, lo que pone de manifiesto su relación con el verbo ver y no con el verbo haber:

  A ver con quién aparece mañana en la fiesta [= Veamos con quién aparece mañana en la fiesta].
  A ver si te atreves a decírselo a la cara [= Veamos si te atreves a decírselo a la cara].

  b) haber

  Puede ser un verbo o un sustantivo:

  • Como verbo, haber se usa como auxiliar, seguido de un participio, para formar los infinitivos compuestos de la conjugación:

  Haber venido antes.
  Tiene que haber sucedido algo.
  Sigo sin haber entendido lo que ha pasado.
  También se emplea como infinitivo del verbo impersonal que denota la presencia o existencia de lo designado por el sustantivo que lo acompaña:
  Parece haber un chico esperándote en la puerta.
  Tiene que haber muchas cosas en el frigorífico.

   

  • Como sustantivo, haber es masculino y significa, en general, ‘conjunto de bienes o caudales de una persona’:

  Su haber era más bien escaso.

Por su parte, en la sección de consultas de la Fundéu leemos lo siguiente:

a ver / haber
 
La expresión a ver no debe confundirse con el infinitivo haber.

A ver (preposición + infinitivo del verbo ver) se emplea para:

- Solicitar al interlocutor que nos deje ver o comprobar algo(en modo interrogativo): «Tengo un regalo» «¿A ver?».


- Expresar expectación o interés por saber algo; normalmente va seguido de una interrogativa indirecta: «A ver cómo nos va en el trabajo el mes que viene».

- Llamar la atención de alguien antes de preguntarle, pedirle u ordenarle algo: «A ver, circulen».

- Expresar aceptación de algo que se considera inevitable: «¿Pagas impuestos?» «¡A ver!».

- Expresar curiosidad expectación o interés, a veces en forma de reto (seguido de una oración introducida por la conjunción si): «A ver si este año nos toca la lotería». «A ver si te atreves».

En todos estos casos hay que utilizar a ver y no confundirlo con el infinitivo del verbo auxiliar haber.
En fin, a ver si esta entrada ayuda a alguien, aunque tal vez va a haber quien, ante la duda, mejor no use esta expresión.