sábado, 12 de diciembre de 2009

Más allá de nuestras fronteras. En dos Bibliotecas del Instituto Cervantes

Dedicado a quienes piensan,
hablan, educan, aman, sueñan,
enseñan,aprenden, juegan,
leen, escriben, viven en español.


Cuando escribí la dedicatoria de este libro tuve en mente a una enorme diversidad de personas que podrían llegar a leer este libro, entre quienes estarían habitantes de más de veinte países iberoamericanos, así como en los compatriotas y otros hispanohablantes que viven en Estados Unidos

Dadas las características de una edición de autora, sin la capacidad de producir y distribuir el libro, no digamos ya fuera del país sino ni siquiera más allá de mis familiares y amigos en la Ciudad de México, la posibilidad de que cruzara fronteras era más que remota.

  Con Elías Chumillas, Bibliotecario del Instituto Cervantes, Budapest

Sin embargo, gracias a un viaje que realicé el año pasado a Hannover, Alemania (para asistir a la boda de mi sobrino Jens), visité algunas ciudades cercanas (ya que estaba por allá) y Peligro en la Aldea de las Letras comenzó a viajar y a ser recibido por algunos amigos de la familia de mi hermana.

En un arranque de audacia decidí visitar el Instituto Cervantes de Berlín (aparezco frente a éste en la foto de arriba). Por fortuna Segio Campos Cacho, ayudante de Biblioteca, recibió un ejemplar del libro, junto con otro de El Lindero, como un obsequio de una mexicana muy emocionada.

Con la confianza que da un buen recibimiento, me puse en contacto por correo electrónico con Elías Chumillas Jiménez, bibliotecario del Instituto Cervantes de Budapest, para concertar una cita con el fin de conocer la sede en la capital de Hungría y dejar como obsequio para la biblioteca los dos ejemplares de mi obra de narrativa (en la foto del centro, con el joven y amable Elías, aparecen los dos ejemplares ya colocados en la vitrina. En la de la derecha, la fachada del hermoso edificio en Budapest).

Unos cuantos ejemplares de Peligro en la Aldea de las Letras han cruzado la frontera, en ocasiones en la maleta de un amigo, como el escritor Pedro Villar, en otras por correo postal, como el que leyó Carlos Marianidis, poeta y escritor argentino y entusiasta creador y defensor de espacios virtuales dedicados a la Literatura Infantil y Juvenil.

Siempre queda la inquietud de cómo son recibidas nuestras letras en otras latitudes, a veces un generoso amigo nos lo hace saber, en otras sólo nos queda esperar que algo de lo escrito haya provocado una reflexión en torno al tema abordado, en el caso de Peligro en la Aldea de las Letras un idioma que une en la diversidad y, el de la familia, las costumbres y la memoria en el de El Lindero.

2 comentarios:

María García Esperón dijo...

Querida Maru:
Ya comprenderás con cuanta emoción leí esta historia. Todos los buenos libros nacen con alas. Y Peligro en la Aldea de las Letras las extiende, espléndidas. ¡Muchas felicidades!

María Eugenia Mendoza dijo...

Queridísima María:
Cuando el manuscrito viajó de la Ciudad de México a Tequisquiapan para que lo leyeras le nacieron las alas gracias a tu entusiasmo y apoyo. ¡Gracias por ser parte de este sueño!, modesto, pero al fin sueño.