jueves, 1 de marzo de 2012

El pastor de nubes, de Pedro Villar e ilustrado por Miguel Ángel Diez

 El pastor de nubes
Pedro Villar Sánchez y Miguel Ángel Díez
Kalandraka
44 Pág. 15 x 23,5 cm.
ISBN: 978-84-92608-50-8


La naturaleza nos regala casi a diario espectáculos efímeros, etéreos, hermosos que sólo en ocasiones, cuando nos damos tiempo de mirar el cielo, podemos apreciar. Es juego de niños y de adultos sensibles descubrir en las nubes formas, generalmente de animales, observar la luz del atardecer o tratar de descifrar los mensajes, que envían esas nubes negras en época de lluvias.
Pero es cosa de poetas escuchar las palabras que viajan en las nubes, unirlas con la música de la lluvia y el viento para ofrecernos historias como la de Nino, cuya ilusión es convertirse en pastor de nubes.
Nino es hijo de un pastor que se vio obligado a vender su rebaño pues lo que obtenía por su trabajo apenas alcanzaba para sobrevivir. Convertido en agrimensor, gracias a que a fuerza de andar y desandar los caminos sabía medir distancias, no sólo él cambió de actividad sino que dejó a su hijo sin ovejas que cuidar y con el deseo de algún día conocer el mar escondido detrás de las montañas.
Vio pasar veloces a las nubes acompañadas por el silbido de los vientos, a las palabras ocultas entre los murmullos del bosque y a los pájaros lanzados como flechas a la conquista del aire.
Otras veces, cuando llegaba la calma, las nubes se acurrucaban mansamente unas junto a otras. Fue entonces cuando se convenció de que ellas serían su rebaño.
«¿Acaso no viajan de valle en valle? –pensó–. ¿No engordan como los corderos? ¿No llevan entre sus copos de algodón las palabras?»
El pastor de nubes, del poeta Pedro Villar, es una magnífica obra escrita en prosa, bellamente ilustrada por Miguel Ángel Díez y publicada por Kalandraka.

Como valioso gesto de amistad Pedro Villar ha compartido este libro que deseo pronto tener en su versión impresa para disfrutar el olor y color de la tinta, la textura del papel, el amor de una edición tan bien cuidada.
En esta historia hay vivos homenajes a la curiosidad de los niños que desconoce límites; a los narradores orales que van por el mundo recogiendo e inventando historias para regalarlas a quien quiera escucharlas y hacerlas suyas y al empirismo, siempre presente en la gente trabajadora que no tuvo oportunidad de ir a la escuela.
También es un canto a la familia, encarnada en un padre y un hijo, uno práctico, el otro soñador, quienes descubren que su vocación de pastores, de animales el padre, de palabras el hijo, los une con los lazos invisibles de la naturaleza, aunque aparentemente la lean de diferente forma y con distintos fines. El niño presta atención a lo que las hojas de los árboles, el agua, el viento y las nubes le dicen, el padre de Nino aprovecha sus conocimientos para obtener algún beneficio medible, tangible. Seguramente cuando dice a su hijo que "las letras no dan de comer, las palabras se las lleva el viento" no lo hace con malicia, sino con la certidumbre que da la experiencia cotidiana de ganarse la vida en épocas y lugares difíciles, que bien visto cuáles no lo son.

El pastor de nubes ya está a la venta en España.

Gracias, querido Pedro, por este nuevo libro y por tu amistad.


6 comentarios:

Pedro Villar Sánchez dijo...

¡¡¡Querida María Eugenia, mil gracias por tus emocionadas y lúcidas palabras que tocan el corazón del libro!!! Un fuerte abrazo

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, me ha encantado este pastoreo de nubes. La ilustración me gusta, parece digital.

Ya nos contarás.

Por favor extensivas felicitaciones al autor.

Abrazos de agrimensor.
Sergio Astorga

María Eugenia Mendoza dijo...

Querido Sergio:
De verdad que es una obra muy bien lograda, en donde palabras e imágenes se unen para materializar sueños de artistas, tú lo sabes, tú lo haces.
Haré llegar a Pedro tu felicitación.
Mientras tanto va un abrazo pachoncito.

Unknown dijo...

La ilustración de la portada es una maravilla. Por lo que cuentas, parece que la historia también. De momento, el título es precioso. Un abrazo, gracias por compartirlo.

María Eugenia Mendoza dijo...

Gracias por tu visita, querida Carlota. Estoy convencida de que en literatura infantil si una portada te atrapa seguramente vas a amar el libro y este es el caso con esta obra de Pedro Villar, con este precioso título.
Un cariñosísimo abrazo en esta tarde que ya sabe a primavera.

María Eugenia Mendoza dijo...

Querido Pedro:
Muchas gracias a ti por escribir y compartir este magnífico libro, que habla del gran escritor que eres. Mucho éxito y un cariñosísimo abrazo.