En la búsqueda del lector infinito
Una nueva estética de la literatura
infantil en la formación docente
Cristina Pizarro, Argentina, Lugar Editorial, 2008
Entre los temas por los que nos inclinamos, generalmente hay algunos que nos persiguen a lo largo de nuestra vida. Para mí, una gran preocupación se relaciona con el acto de leer y el acto de escribir. Escuchar y hablar son acciones que dependen de la naturaleza humana como procesos fisiológicos, psicológicos y sociales. Aunque es difícil la comunicación, en términos universales, todos hacemos una práctica de dichas acciones señaladas. Leer y escribir se inscriben en un contexto sociocultural donde los aprendizajes cumplen un papel preponderante y muchos habitantes de esta tierra, de distintos lugares del mundo no tienen acceso, están afuera del circuito constituido por el lenguaje gráfico; están al margen de desempeñarse en una sociedad signada por la información, atrapada por las telarañas que entraman a nuestra sociedad de redes digitales.
En el párrafo anterior, extraido del prefacio, Cristina Pizarro nos da claras pistas de lo que iremos encontrando a lo largo de esta obra, cuyo título resulta tan atractivo como inquietante.
¿Cómo es un lector? Acaso podemos describir o trazar un modelo de lector? ¿Quiénes fueron nuestros paradigmas o modelos de identificación? ¿Cómo se fue conformando nuestro capital de lecturas o "textoteca" (término tomado en préstamo de la escritora Laura Devetach? ¿De qué manera influyen en nosotros los libros que leemos? ¿De qué manera un personaje entra en nuestras vidas y nos conmueve tanto que se constituye en un ideal que representa una elección en nuestra forma de ser? Un lector como don Quijote, o una lectora como Madame Bovary hacen que su vida sea aquello que la imaginación quería que fuera ese sueño de vida.
Con las interrogantes anteriores la autora aborda uno de los conceptos clave sobre los que irá abundando a lo largo del libro para descubrir cómo llegar al lector infinito.
Cristina Pizarro, quien, como leemos en el esbozo biográfico de la cuarta de forros, tiene ricas experiencias en el campo de la docencia, la investigación y la creación de obras poéticas y didácticas. En este libro aborda conceptos fundamentales como el lector, la escritura, el lenguaje, el texto, los actos de leer y escribir, la estética, la intertextualidad; así como las competencias (lingüística, lectora y literaria) y comparte ejercicios realizados en su labor de formación docente a partir de la literatura infantil. Todo es significativo: desde el nombre (en la actividad "Nuestro nombre en un mar de palabras"); el cuerpo, la palabra; las sensaciones y las emociones De uno de estos ejercicios, denominado "El hilo de la memoria" explica:
Con el propósito de recuperar el modelo interno de narrador que está latente y oculto en cada uno de nosotros, les solicité que tiraran del hilo de la memoria. Esta imagen del carretel nos parece muy significativa, a la par que refiere la idea de juego y lo infinito. Esta acción del tirar implica el ir devanando palabras, imágenes, secuencias, personas, personajes. Como en un rápido fluir de nuestras sensaciones y emociones, se van a ir reuniendo, recolectando los elementos dispersos, que juntos al fin darán lugar a la historia recordada que era transmitida por alguien que plasmó en nosotros con su voz, presencia, gestos, actitud corporal de entrega afectiva.
De acuerdo con las observaciones realizadas durante el desarrollo de la actividad y los reportes presentados por los alumnos el lector se da cuenta que el ejercicio no es fácil, entre otras cosas, porque algunos participantes encuentran dificultades para evocar narradores lejanos en el tiempo o simplemente porque su memoria no registra a narrador alguno.
En el mundo de la literatura infantil están presentes la realidad y la fantasía, el juego pero también el miedo. Sin duda, todos hemos experimentado el placer de aterrorizarnos al escuchar la narración de una historia, quizá en un ambiente propicio como alrededor de una fogata durante una excursión o compamento o leída en voz baja, en la intimidad, o vista en algún medio audiovisual (aunque por las noches no podamos dormir o nos resistamos a permanecer solos). Por ello, la autora retoma estos aspectos presentes en la vida de todos los seres humanos y propone considerarlos seriamente a la hora de seleccionar materiales de lectura para los niños, sobre todo para aquellos que todavía no pueden discernir entre realidad y fantasía.
En un planeta donde el hombre se destruye día a día, con la amenaza fatal de las inundaciones, el agujero en la capa de ozono, la infinita soledad y aislamiento en que apenas viven seres humanos, que ni siquiera acceden a fuentes de alimentación, desconocen el vértigo ciudadano y luchan por sobrevivir en el tiempo de largas horas de angustia, ¿puede tener cabida la literatura en este espacio? ¿Es necesaria le literatura para otorgar un remedio al alma?
Como respuesta afirmativa a estos interrogantes, hemos intentado dibujar un plano de ruta en la búsqueda del lector infinito. Llamamos así al que indaga, explora, descubre, construye, crea difeerentes discursos a lo largo de su vida, dando prioridad a lo estético y a su implicancia afectiva.
En este libro los docentes y todas las personas interesadas en realizar actividades relacionadas con la lectura y escritura, entre ellas la de fomento a la lectura, encontrarán interesantes propuestas de actividades académicas y lúdicas, fragmentos de textos y una bibliografia extensa, dividida en: Teoría literaria, psicología y filosofía; Literatura infantil y Narrativa y poesía.
Semblanza de la autora (tomada de la cuarta de forros):
Cristina Pizarro nació en Banfield, Provincia de Buenos Aires. Ejerció la docencia en todos los niveles de enseñanza. Es profesora de Letras, Licenciada en Educación y Titular de la Cátedra de Literatura del Instituto Superior de Profesorado "Sara C de Eccleston", de Buenos Aires. Publicó varios poemarios: Poemas de agua y fuego (1993), La voz viene de lejos (1995) Lirios prohibidos (1998), Jacarandaes en celo (2003) y Confesiones de Gertrudis Glauben (2006). Coordina talleres de escritura con técnicas psicodramáticas. Ha publicado sobre esta temática: El taller de juegos literarios (1994) y El taller de juego dramático (1996). Es fundadora del grupo ALEGRIA (Actividades de Lectura y Escritura Grupales para la Revelación e Integridad de los Afectos).
Nota: Agradezco infinitamente a Carlos Córdoba, amigo Babariano, activo bibliotecario y promotor de la cultura, el envío desde Quilmes, Argentina, de este libro, al que tendré que recurrir constantemente como lectora y escritora. Acompañaron a este volumen en el viaje tres folletos impresos y distribuidos para apoyar la Campaña Nacional de Lectura de su país, en los cuales vienen textos de Borges (Poema de los dones y El guardián de los libros) y Cortázar (Fin del mundo del fin); los cuentos Amor en la biblioteca, de Liliana Cinetto y El esqueleto de la biblioteca, de Silvia Schujer, textos deliciosos que he compartido con chicos de sexto año y han disfrutado enormemente.
3 comentarios:
Un texto interesante el que tan bien reseñas, querida Maru.
Y como dice el Poema de los Dones ( o quizá el "Otro Poema de los Dones") no cabe duda que... "la Razón, que no cesará de soñar con un plano del laberinto"
Lectura, libros, lectores, tus palabras, las mías, las del otro... un laberinto que guarda celoso sus secretos... y nosotros, si acaso, lo soñamos.
Este libro recorrió un largo camino, se me perdió por un rato y lo reencontré, para mi fortuna, porque es valioso como documento pero también como una muestra de amistad aparentemente virtual pero que me gusta pensar tan real como el libro mismo.
Gracias por enriquecer esta entrada con estos versos y con tu presencia.
Aquí van otros versos del "Poema de los Dones":
"De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduoso como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría."
Te mando un abrazo infinito.
Errata:
dice: arduoso
debe decir: arduos
Mil disculpas.
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