miércoles, 5 de mayo de 2010

Sid Fleischman



Sid Fleischman estuvo en México para participar en el seminario de Literatura Infantil y Juvenil de 2007, cuyo tema fue "Literatura e identidad". Me encantó su ponencia, llena de anécdotas maravillosas relatadas con el humor fino y sencillo de un mago de la palabra. De este habitante de la Aldea del Inglés, traducido por fortuna al español, en ese entonces sólo conocía las historias de uno de sus más entrañables personajes, Josh McBroom, quien con su numerosa familia y enorme ingenio era capaz de sacarle jugo a la tierra de su no menos increíble granja. En el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil firmó libros en el estand de Ediciones Castillo. La Gran Rata de Sumatra y La Luna del Bandido fueron las obras que promovía la editorial.

Acerca de este último, reproduzco unas líneas de la "Nota del autor", en donde Sid Fleischman explica que esta novela no es producto únicamente de la imaginación.

Poco tiempo después de que Joaquín Murrieta fuera capturado, el editor de un periódico de un pueblito (que firmaba como Ave Amarilla) publicó una biografía del forajido. Los hechos se convirtieron en una interesante leyenda. ¿Qué tanto de la leyenda es mito y fantasía? Sin duda, una gran parte. Pablo Neruda, el poeta chileno ganador del Nobel de Literatura, escribió una obra de teatro sobre el bandido, y retrató a Murieta y a Jack Tres Dedos como patriotas chilenos. En otra obra, ambos eran españoles. Según un corrido, el forajido nació en Hermosillo, Sonora, en México. Estoy seguro de que ésta es la versión más cercana a la verdad.

Sid Fleischman murió el 17 de marzo, un día después de cumplir noventa años. Su larga vida y prolífica obra son dignas de celebrarse. Cerca de sesenta libros publicados hasta el momento darán muchas horas de apasionada lectura a actuales y futuras generaciones;  nueve consejos para escritores, publicados en su sitio oficial, hablan de su generosidad de maestro. Su hijo Paul es poeta y, como él, ganador del Newbery Award, el más importante reconocimiento literario obtenido por este gran escritor.


4 comentarios:

Unknown dijo...

Confieso mi ignorancia: no conozco la obra de este autor, pero desde luego, tomo nota de tus recomendaciones, Mª Eugenia. Un abrazo.

María Eugenia Mendoza dijo...

Hola Carlota:
Lo conocí por mis hijos, quienes se hicieron fans de McBroom y después en vivo en ese seminario, en donde él y Shaun Tan fueron de lo mejor.
La Luna del Bandido es una historia de aventuras, que se desarrolla en plena fiebre del oro. Es interesante pero muy doloroso ver que la intolerancia, el racismo y la persecución contra los mexicanos (y en general contra los latinos), en Estados Unidos de América, de la que habla la historia, es vigente en estos días, de leyes Arizona y de guerra contra el narco.
Muchísimas gracias por tu comentario y tu amable visita.
Un beso.

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, también desconozco al autor y sobre tu cometario de la relación con los latinos, en especial con los mexicanos es sumamente contradictorio, prevalece un amor-odio feroz. Ya he comentado algunos incidentes en Antojos, y estoy preparando otras entradas con el tema.
Consulto los consejos

Abrazos migratorios.
Sergio Astorga

María Eugenia Mendoza dijo...

Hola Sergio:
De los sesenta títulos publicados yo apenas conozco cuatro, dos de ellos adquiridos cuando tuve oportunidad de escucharlo. Era encantador, recuerdo que comentó con mucha gracia que cuando se iniciaba en la literatura enviaba sus manuscritos a cuanta editorial conocía, en ese entonces el correo era más eficiente pues repartía la correspondencia dos veces al día, lo que equivalía a ser rechazado dos veces al día. Además fue gente de cine y le gustaba la magia. Me gustó mucho cuando lo escuché y me divierten mucho las historias de McBroom.
En cuanto al comentario que hice sobre la vigencia de la persecución, tal vez peco al hacer caso de lo que leo en los medios, voy a leer tus textos para conocer mejor de primera mano esa relación amor-odio feroz.
Recibe un abrazo nostálgico.